La pregunta del título es inevitable entre los cubanos, de dentro y fuera de la isla, al acercarse otro Día de Año Nuevo, que desde mediados del siglo XX  llega de la mano del recuerdo de la peste verde-olivo que de hecho acabó con Cuba.

Ya vimos que en los últimos 10 años (1948-1958) antes de aquel primero de enero de 1959 la isla experimentó la mayor expansión económica de su historia. No solo era con Argentina y Uruguay uno de los tres países de América Latina con más alto ingreso per cápita, sino que duplicaba el ingreso personal de España, igualaba al de Italia, y superaba al de otras naciones de Europa. El país vivía un “boom” económico que lo acercaba a lo que hoy llamamos Primer Mundo. En rigor en algunos aspectos ya lo era.

Cuba se estaba acercando rápidamente al Primer Mundo

Al asaltar el poder los Castro Cuba era el octavo país del mundo que pagaba los más altos salarios industriales, con $6.00 dólares por jornada de 8 horas. Solo superada por EEUU ($16.80), Canadá ($11.73), Suecia ($8.10), Suiza ($8.00), Nueva Zelanda ($6.72), Dinamarca ($6.46), y Noruega ($6.10).

Y era el séptimo país a nivel mundial con mayores salarios agrícolas, con $3.00 dólares diarios, detrás de Canadá ($7.18 dólares), Nueva Zelanda ($6.72), Australia ($6.61), EEUU ($6.80), Suecia ($5.47), y Noruega ($4.38). Son estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El último día de 1958 Cuba tenía más camas de hospitales por habitante como promedio que los países desarrollados. Había 35,000 camas, una por cada 190 habitantes, contra una cama por cada 200 habitantes en el Primer Mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Más camas de hospital, menos mortalidad infantil y analfabetos

Cuba ocupaba el lugar número 22 en el mundo en médicos por habitantes, 128.6 galenos por cada 100,000 cubanos. Y tenía un médico por cada 980 habitantes, solo detrás de Argentina y Uruguay en Latinoamérica, con 760 y 860 habitantes, respectivamente.

Tenía una tasa de mortalidad infantil de 33 niños por cada 1,000 nacidos vivos, la más baja de Latinoamérica, y muy inferior a la de Italia (50 niños por cada 1,000); Japón, (40 por 1,000) y Francia (34 por 1,000), Sin “revolución” Cuba los superaba a los tres.

En 1956 Cuba había sido reconocida por la ONU como uno de los países con menos iletrados a nivel mundial, con solo un 23% de analfabetismo. En España, había una tasa de analfabetismo de un 50%, el doble que su excolonia caribeña.

El gran auge económico era de origen cubano, no extranjero

Y muy importante, aquel auge económico era protagonizados por cubanos, no por extranjeros como afirma mentirosamente la propaganda castrista. En la industria la azucarera, la mayor de la isla, en 1939 los hacendados cubanos poseían 56 centrales que producían el 22% del azúcar. Pero 19 años después, los cubanos eran propietarios de 121 de los 161 centrales y producían casi el 70% del azúcar del mayor exportador mundial. Ese porcentaje estaba subiendo rápidamente.

En fin sobran datos sobre el empuje socioeconómico que tenía Cuba al huir del país el dictador Fulgencio Batista. Imaginemos ya cómo sería hoy Cuba sin “revolución”.

Suponiendo conservadoramente inversiones extranjeras por $350,000 millones de dólares en estos 65 años Cuba estaría hoy a punto de entrar en el Primer Mundo, o ya dentro. Y digo conservadoramente porque en 1958 Producto Interno Bruto (PIB) de Chile y Cuba en 1958 era aproximadamente del mismo tamaño, y ese país sudamericano en 2022 recibió inversiones directas extranjeras por $20,212 millones de dólares.

La economía cubana estaría casi ensamblada con la de EE.UU

La economía cubana en la práctica estaría como ensamblada con la del vecino gigante estadounidense, con acuerdos de integración comercial-industrial más abarcadores que el T-MEC de EE.UU. México y Canadá. Y habría hoy un trasiego tal entre la mayor potencia económica mundial y la isla, que tal vez estaría ya construido un puente flotante, o sólido, entre Cayo Hueso y algún punto cercano a La Habana.

Hoy las exportaciones de bienes y de servicios de verdad (no de médicos como esclavos) perfectamente podrían andar por los $80,000 millones de dólares, 42 veces los $1,900 millones de 2022. Chile el año pasado exportó bienes y servicios por valor de $97,000 millones de dólares.

Cuba podría estar recibiendo 15 millones de turistas al año, o más

Muy probablemente Cuba sería el segundo mayor polo turístico de toda América Latina, luego de México (38 millones de visitantes en 2022), con unos 15 millones de turistas anuales, o más, que aportarían unos $20,000 millones de dólares.

Eso sería casi el doble de los 8 millones visitantes recibidos por República Dominicana en 2022, o los 7 millones de Bahamas, los 4.3 millones de Colombia, 3.6 millones de Brasil, 2.3 millones de Uruguay y los 2.4 millones de visitantes de Costa Rica, que fueron los mayores receptores turísticos de la región, según la Organización Mundial del Turismo.

En las playas cubanas habría resorts tan espectaculares como los de Florida, México, Bahamas, o las Bermudas. Habría grandes terminales de cruceros, aeropuertos modernos, autopistas, trenes rápidos a lo largo de toda la isla. La Habana tendría un megapuerto de categoría mundial en el Mariel, como centro neurálgico de transporte y transbordo mercante entre Sudamérica y Centroamérica con Norteamérica.

La Habana en los años 50 ya era un centro financiero de envergadura, y hoy podría ser el Hong Kong o el Singapur del Caribe y Centroamérica, y tan importante como el de otras grandes capitales de Latinoamérica.

Sin “revolución” no se habrían ido casi tres millones de ciudadanos de un país que antes de 1959 era un imán para atraer inmigrantes desde todas partes del mundo. En diciembre de 1958 el Ministerio de Estado (Relaciones Exteriores) batistiano tenía pendiente de aprobación la solicitud de 12,000 italianos que solicitaban emigrar a Cuba.

La isla tendría hoy unos 17 millones de habitantes (Chile tenía en 1958 aproximadamente la misma población que Cuba y hoy tiene 19.5 millones de habitantes). La fuerza laboral contaría con cuatro o cinco millones más de cubanos produciendo eficientemente, y consumiendo. El PIB podría ser al menos siete veces superior al actual, y el per cápita uno de los más altos de Latinoamérica, y no hoy el más bajo si se excluye a Haití.

En 65 años se habrían elegido 15 presidentes de la República, que sumados a los 8 anteriores (Estrada Palma, Gómez, Menocal, Zayas, Machado, el propio Batista en 1940, Grau, y Prío) serían ya 23 los presidentes cubanos electos en las urnas desde 1902.

La Habana, que hoy suelta los pedazos y apesta, seguiría siendo la fabulosa ciudad de siempre, una de las más atractivas, famosas y fenomenales del mundo. Con deslumbrantes rascacielos, rápidas avenidas y líneas férreas por sobre la ciudad, extendida hacia el Oeste más allá de Santa Fe, y hacia el Este por la costa con cientos de edificios nuevos y hoteles.

Calderón de la Barca decía: “los sueños, sueños son”. Cierto, pero también lo es que se pueden hacer realidad. Ojalá en 2024 termine la peste comunista y todos estos sueños que hoy tienen los cubanos devengan realidad.