Al marcharse 2023 y comenzar a andar el juvenil 2024, en ese mismo Día de Año Nuevo cumplirá Cuba 65 años de haber sido “liberada del imperialismo” por los hermanos Fidel y Raúl Castro, con el crucial asesoramiento de un argentino trotskista teóricamente ducho en materia de totalitarismo comunista.
La “revolución” llega así a la edad de la jubilación. Dictadura familiar o personal tan larga no hubo nunca en el mundo occidental. En América la autocracia que más se le acerca es la de la familia Somoza en Nicaragua, 42 años (1937-1979) y en Europa, Envers Hoxa, de Albania, 41 años.
Como la evaluación de un gobierno se realiza según los resultados, no por las intenciones y promesas en bonitos discursos, salta aquí la pregunta: ¿viven hoy los cubanos mejor que antes del Primero de Enero de 1959?
Obviamente la respuesta es ¡NO!, pero al arribar el régimen a su edad de retiro y con el nonagenario dictador negado a recibir su chequera, en vez de un inventario del desastre ocurrido examinaremos el tema en dos partes: 1) un vistazo a lo que perdieron los cubanos al ser “liberados”; y 2) soñar en un segundo artículo cómo podría ser hoy Cuba de no haber nacido Fidel Castro.
Sí, porque hay que eso de las “condiciones objetivas”, y del “eslabón más débil” para realizar la revolución social emancipadora. Son puros cuentos de camino para el lavado de cerebros.
Sin Fidel Castro no habría habido comunismo en Cuba
A mi modo de ver, sin Fidel Castro no habría habido comunismo en Cuba, cuyo pueblo era probablemente el más anticomunista de América Latina. Y lo digo porque fui testigo de aquello. Sin un “sublimado” megalómano con la capacidad de Castro I para hipnotizar y embaucar a las masas (como hicieron Hitler y Mussolini) con su encendida oratoria, nunca la rebelión política triunfante contra la dictadura de Batista habría derivado hacia una tiranía comunista.
Ni el inepto Raúl Castro, o Juan Almeida, Ramiro Valdés, Machado Ventura ni ningún otro comandante “histórico”, y muchísimo menos Blas Roca, o Marinello, habrían podido lograr manipular tan exitosamente al grueso de la población cubana.
Cuba era el sexto país del mundo con mayor salario promedio
Al grano. Veamos algunos datos para tener idea de lo que era Cuba antes de ser “liberada”. El 31 de diciembre de 1958 Cuba era el tercer país con los sueldos más altos en el hemisferio occidental, y el octavo a nivel mundial. Los trabajadores industriales cubanos como promedio ganaban 130 dólares mensuales, según las estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de la ONU.
Eso equivalía a unos $1,306 dólares mensuales de hoy, en 2023, comparado con los $40 dólares que ganan actualmente hoy sus hijos y nietos en la isla. Y los obreros agrícolas ganaban un promedio de 65 dólares mensuales, $653 dólares de hoy.
En 1958 la Isla se autoabastecía de carne de res, cerdo, pollo, pescados y mariscos, leche, huevos, viandas, hortalizas, frutas tropicales, café y tabaco. Además, exportaba los excedentes tras cubrir el mercado nacional. Había entonces 6.6 millones de cabezas de bovinos, una por cada habitante. El consumo de carne de res en 1958 fue el tercero más alto de Latinoamérica tras Uruguay y Argentina, y uno de los más altos del mundo: 81 libras por persona, según el Statistical Year Book de la ONU y un informe del Ministerio de Hacienda de Cuba.
Libra de bistec filete $0.75; de arroz $0.21, litro de leche $0.20
Y muy importante, antes de 1959 los precios en Cuba y en EEUU eran muy similares. En 1958 en la Florida, y en Cuba, una libra de “bistec filete” de res costaba 75 centavos; y un litro de leche, 20 centavos. Una bolsa de arroz Tío Ben de 14 onzas, costaba 19 centavos; un pan de molde, 19 centavos, un galón de gasolina, 24 centavos. Viajar en un crucero de La Habana a Miami, 42 dólares por persona. Y por dos dólares se disfrutaba en vivo de un partido de los Yankees de Nueva York contra los Red Sox de Boston, y disfrutar de los batazos de Mickey Mantle, Yogi Berra y Ted Williams.
Era Cuba el sexto país del mundo en automóviles por habitantes, solo superado por EEUU, Canadá, Gran Bretaña, Venezuela y Alemania Occidental. Había 156,000 automóviles, el doble que en Colombia y Perú, el triple que Chile y 30 veces más que Ecuador. Un automóvil Ford sencillo del año costaba $1,967 dólares, según la Dirección General de Impuestos.
Fue Cuba el segundo país del mundo (tras EEUU) en tener una red nacional de televisión. Era la nación de América Latina con más periódicos, revistas y aparatos de TV per cápita. Y con un millón de radiorreceptores, era el octavo país del planeta per cápita.
Ocupaba el primer lugar en líneas férreas por kilómetro cuadrado. Exportaba más de lo que importaba. Era una de las tres economías latinoamericanas más solventes por sus reservas de oro y de divisas, y por la estabilidad del peso, siempre a la par con el dólar, todo el tiempo.
Desde 1948 hasta 1958 fueron erigidas muchas grandes fábricas de distintas ramas industriales, de extracción de níquel, refinerías de petróleo, viviendas, teatros, cines, restaurantes, puentes, autopistas, incluyendo las del Circuito Norte, Circuito Sur, la autopista Monumental, la Vía Blanca, la Vía Mulata y la Autopista del Mediodía, entre otras; así como hospitales y clínicas.
La Habana tenía más salas de cine que Nueva York y París
Y un dato sorprendente es que en 1955 había en La Habana 147 salas de cine, “más que París y Nueva York juntas”. Así lo publicó en 2018 la fotógrafa e investigadora italiana Carolina Sandretto, quien estuvo en Cuba documentando las 398 salas de cine que había últimamente en la isla, cifra muy inferior a las 600 salas de cine que había en los años 50.
También se construyó el túnel bajo la bahía habanera y dos túneles por debajo del río Almendares; los soberbios y modernos edificios públicos de la Plaza Cívica, y la Ciudad Deportiva con su Coliseo.
La Habana en los años era un centro financiero de envergadura internacional, con 62 diferentes bancos comerciales, de inversión, de ahorro e hipotecarios, extranjeros y cubanos, con unas 330 oficinas en la isla, un récord para la época de un país pequeño. Yo trabajé en The Royal Bank of Canada en La Habana, por entonces uno de los 10 mayores bancos del mundo.
Cómo pudiera ser hoy Cuba sin dictadura comunista nos lo imaginaremos en otro artículo.