Los granjeros de Estados Unidos, el país que mantiene un “genocida bloqueo” contra Cuba, según lo presentó en la ONU el canciller Bruno Rodríguez, exportaron libremente a la isla en el primer semestre de 2021 el doble de pollos congelados que en igual período de 2020 y 1.4 veces más que en 2019, según datos oficiales.
Entre enero y junio de 2021 Cuba recibió 163,300 toneladas de pollo congelado de EEUU por valor de $123.4 millones de dólares, cifra que duplicó la de igual período en 2020, que fue de $59.6 millones de dólares, según reveló el economista Pedro Monreal, residente en la isla.
Un total de 359 millones de libras de “pollos yanquis” en 6 meses
Teniendo en cuenta que un pollo limpio estándar pesa como promedio 2.1 kilogramos, equivalentes a 4.63 libras, en este primer semestre Cuba consumió 77.6 millones de pollos “bloqueados”, equivalentes a 359 millones de libras de esa nutritiva carne.
O sea, 31.7 libras de pollo per capita. Pero, ojo, ese no fue el consumo de cada cubano, pues incluyó el consumo de los hoteles, los restaurantes, hospitales, fuerzas armadas, comedores en las dependencias del Partido Comunista y el Estado, las cantinas diarias a los generales y los dirigentes partidistas y gubernamentales y sus familiares, etc. Porque come diez veces más pollo Mariela Castro que un obrero de la construcción o un médico.
En total, entre 2001 y 2020 el “enemigo imperialista” suministró a Cuba nada menos que 2.48 millones de toneladas de carne de pollo. Es decir 1,181 millones de pollos, por un importe de $2,088 millones de dólares. Y la tercera parte de todo ese tonelaje se abasteció en los últimos cuatro años (2017-2020)”, o sea, con Donald Trump en la presidencia.
EE.UU es la mayor fuente de proteínas en la dieta cubana
Y ojo, estamos hablando de la carne que constituye la principal proteína animal, y últimamente la única, en la dieta de los cubanos, cada vez más carente de valor proteico y nutrientes fundamentales debido al desastre en la producción de carne de res, de cerdo, y de alimentos en general como consecuencia de la crisis terminal del sistema comunista.
Además, el precio del pollo que vende EEUU a Cuba es muy beneficioso para la dictadura. Oscila entre $1.02 y $1.04 el kilogramo, casi medio dólar inferior al precio de $1.49 o $1.51 el kilogramo que cobra Brasil. Por eso Cuba compra 16 veces más “pollos yanquis” que brasileños, según las estadísticas del gobierno de Brasilia. Ah, y también la mafia castrista compra a los granjeros estadounidenses maíz, fosfatos y soya, y hasta tractores.
En resumen, Estados Unidos es el principal abastecedor de carne de pollo que tiene Cuba. Y es, por tanto, el factor clave para impedir la desnutrición de los cubanos a causa de la insuficiente ingesta de proteínas. Bien porque no hay carne de ningún tipo en el mercado, o porque cuando aparece furtivamente en el mercado ilegal tiene precios inalcanzables, sobre todo para las familias que no reciben remesas, el 65% de la población total.
Claro, pese a la invasión no de marines, sino de “pollos americanos”, esa fuente proteica escasea angustiosamente en la mesa cubana. Y la propia dictadura lo admite. La ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, reconoció que solo en abril del 2020 más de 261,000 consumidores no pudieron comprar la libra de pollo per cápita no subsidiada que comenzó a distribuir el régimen por la “libreta”. No había suficientes pollos.
El “bloqueo” facilita más ayuda humanitaria que ningún otro país
Mientras tanto, en otra expresión del “genocida bloqueo” Washington autorizó hace unos días, hasta fines de año, que las aerolíneas Skyway Enterprises y IBC Airways, del sur de la Florida, realicen 10 vuelos semanales a Cuba para transportar alimentos, medicinas, productos de higiene y suministros médicos y sanitarios, ante la mayor crisis de salud pública de su historia republicana, con el Covid-19 matando más de 100 personas cada día y expandiéndose ya sin control.
Las aerolíneas mencionadas pueden llevar ahora ayuda humanitaria directamente a La Habana, Santiago de Cuba, Matanzas, Holguín, Santa Clara, Camagüey y Cienfuegos.
Y algo muy importante. Los cubanos residentes en EEUU pueden aprovechar estos vuelos para enviar paquetes con alimentos, medicinas, productos de aseo y otros bienes necesarios a sus familiares en la isla. Y también pueden enviar paquetes a Cuba las compañías y organizaciones que deseen enviar medicamentos, alimentos u otros insumos a la Isla.
Lo que exigieron los cubanos el 11 de julio fue el fin de la tiranía
Solo cuatro días antes un alto funcionario de la cancillería castrista, Ernesto Soberón, hizo una exhortación a la otrora “escoria”, a los “gusanos” capitalistas de la diáspora a invertir dinero fresco en Cuba y a que envíen remesas más jugosas para emprender negocios familiares y mejorar la destartalada economía comunista.
Sin embargo, con tantas evidencias que muestran lo contrario, la mafia dictatorial que encabezan Raúl Castro y su asistente Miguel Díaz Canel, tienen todavía el descaro de achacarle a Washington el desastre económico, financiero y comercial causado por el comunismo.
Culpan a EE.UU, el primer proveedor de alimentos y el país que más ayuda humanitaria envía a Cuba, y el que con remesas, paquetes y viajes es la mayor fuente de divisas del país.
Pero el sol no se puede tapar con un dedo. El 11 de julio pasado la comunidad internacional no vio a ríos humanos en las calles cubanas culpando a EE.UU de su desgracia, sino exigiendo a gritos multitudinarios “Abajo el comunismo”, “Abajo la dictadura”, “Libertad” .