“Para nosotros ha sido muy satisfactorio este tipo de relación con ustedes; los productos que hemos podido comprar son de calidad, son más favorables en sus precios, en los costos…” Así dijo el “presidente” Miguel Díaz-Canel a los granjeros estadounidenses que asistieron a la III Conferencia Agrícola Cuba-EEUU realizada en La Habana recientemente.
Pero al mismo tiempo el régimen y la prensa estatal silenciaban que Cuba en febrero pasado (2022) aumentó en un 33% las compras de pollo congelado a EEUU y llegó a 31,212 toneladas (6.9 millones de libras), con una disminución del precio de $0.91 el kilogramo en enero a $0.87 dólares en febrero, pese a la inflación que afecta a EEUUٴ.
Todo eso se pudo conocer porque en su cuenta de Twitter lo divulgó el economista cubano Pedro Monreal (residente en la isla) con datos oficiales de Washington.
Cerca de 3 millones de toneladas de pollos “bloqueados”
Tampoco los medios castristas publicaron, ni lo harán, que entre 2001 y 2021 Cuba importó del “imperio yanqui” 2.78 millones de toneladas de pollo congelado por valor de $2,368 millones de dólares (equivalentes a 56,832 millones de pesos cubanos).
En 2021 la isla compró 307,600 toneladas de pollos “bloqueados” a EEUU, por valor de $279.7 millones de dólares. Casi duplicó la cifra de 2020 de $163.3 millones de dólares. Ha sido la primera vez que la dictadura ha comprado más de 300,000 toneladas de pollo en un año. También compró arroz, carne de cerdo, jugos de fruta, especias mixtas y otros productos. En total en 2021 las importaciones de alimentos desde EEUU ascendieron a $304 millones, para un incremento de 86% en el comercio bilateral.
Claro, eso no lo saben los cubanos que ven el Noticiero de la TV y leen Granma y demás medios castristas. Nada dicen de esas compras a EEUU que ridiculizan la cantaleta sobre el “criminal bloqueo yanqui”, y las politizadas resoluciones de la ONU al respecto.
La crisis del modelo económico castrista parece haber tocado fondo y la mafia gubernamental está ante un dilema: o importa petróleo para suplir la caída de las entregas de crudo y fuel regalados por Venezuela, o compra alimentos. No hay divisas para comprar ambas cosas a la vez.
La cúpula dictatorial teme que el hambre provoque otro 11J
Sin combustible las termoeléctricas no funcionan y apagones muy prolongados en las noches pueden generar protestas callejeras a pedradas contra vidrieras y edificios estatales. Pero si no se importa al menos un poco de carne de pollo el hambre aumenta y podría desatarse un estallido social superior al del 11J, que esta vez sí desestabilizaría políticamente al castrismo.
La cúpula dictatorial teme más a un aumento del hambre-indignación popular, y compra más pollo congelado. Raúl Castro y su asistente Díaz-Canel son conscientes de que el hambre de los parisinos fue lo que hizo estallar la Revolución Francesa hace 233 años.
Además, la carne avícola es la única fuente regular de proteína animal en la dieta cubana de hoy. La de res desapareció y la carne de puerco también se ha perdido de los mercados. Y ni hablar de pescados y mariscos. Millones de niños y jóvenes cubanos de hoy nunca han probado un camarón, o un filete de pargo.
Cuba podría autoabastecerse de carne como antes del castrismo
Insólito contraste. Antes de 1959 Cuba se autoabastecía ampliamente de carne de pollo, así como de carne de res, de cerdo, pescados y mariscos, leche, huevos, viandas, hortalizas, frutas tropicales, café, y tabaco. Y exportaba los excedentes luego de cubrir el mercado nacional.
Luego de 63 años de “construcción del socialismo” la economía contra natura castrista no es capaz de producir ni carne de pollo, la más fácil de producir. De las 317,000 toneladas de pollo consumidas nacionalmente en 2018 (no hay cifras posteriores) la isla solo produjo el 2.5%, unas 8,200 toneladas de carne, y con el sacrificio de “gallinas decrépitas”. El otro 97.5% hubo que importarlo.
Desde hace casi 40 años Cuba no produce carne de pollo de engorde. No hay divisas para importar piensos. Hasta las gallinas viejas a sacrificar están disminuyendo. Economistas calculan que hoy la isla produce menos de 2,500 toneladas de carne avícola, para 11.3 millones de cubanos.
El déficit de proteínas en la dieta cubana agudiza la desnutrición
Otro gallo canta en los países normales. En Jamaica, con 2.9 millones de habitantes, solo la compañía Jamaica Broilers Group produce 156,000 toneladas anuales de carne de pollo. Sacrifica 12,000 aves por hora, según destacó Monreal en su cuenta Twitter. Otra empresa jamaicana, Caribbean Broilers, es capaz de procesar diariamente 100,000 pollos de ceba suministrados por miles de campesinos.
Este desastre productivo socialista agrava la desnutrición en Cuba, agudizada por el déficit proteico en la dieta cubana actual. En cuanto al pollo, la economía socialista cubana no solo es incapaz de producir esa carne, sino que de la importada apenas le toca a cada cubano cuatro onzas para todo el mes por la cartilla de racionamiento.
En las shopping, cuando hay pollo, tres libritas cuestan más de 10 dólares. Y el billete verde hay que adquirirlo en la calle a 100 pesos cada uno. En el mercado negro, cuando aparece, el precio del pollo es igualmente inalcanzable para la inmensa mayoría de los cubanos.
Nada de esto lo saben los granjeros de EEUU, ni casi nadie en Occidente.