Cuba es, con mucho, el país de Occidente que más tiempo lleva sin realizar elecciones democráticas: 74 años, desde 1948. Y es el único que ha sido destrozado económicamente y sumido en el atraso, el hambre y la pobreza por una tiranía comunista en América Latina, que transita ya por su año 64, una edad que muchos seres humanos no logran alcanzar.
Un vistazo a algunas de las dictaduras más connotadas y largas de la región en los últimos 80 años muestra lo lejos que están los Castro del resto de sus colegas de la región. Y resulta oportuno recordar cómo fue el final de cada uno de sus colegas.
Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961), fue asesinado en un atentado; la dinastía de los Somoza (1936-1979 fue derrocada por la guerrilla guevarista-sandinista; Getulio Vargas (1937-1945), por golpe de Estado; Marcos Pérez Jiménez ((1952-1958), por golpe de Estado; Fulgencio Batista (1952-1959) huyó del país; Alfredo Stroessner (1954-1989), golpe de Estado; dinastía Duvalier (1957-1986) derrocada por revuelta popular y presión de Ronald Reagan; dictadura militar en Brasil (1964-1985); entregó el poder en elecciones democráticas;
Sigue Augusto Pinochet (1973-1990), perdió un plebiscito en el que obtuvo el 44% de los votos; Jorge Videla (1976-1981), depuesto por militares que convocaron elecciones en 1983 (Videla cumplió 5 años de cárcel por los crímenes cometidos); Omar Torrijos (1968-1981) murió en accidente aéreo; y Manuel Antonio Noriega (1983-1989), fue derrocado por tropas de EE.UU.
La dictadura tiene miedo, se percibe que está en su fase terminal
Nadie sabe hoy cómo van a terminar las dictaduras de Maduro en Venezuela, y de Ortega en Nicaragua. Y aunque tampoco se puede pronosticar cómo terminará la castrista sí se percibe que está en su final, que puede precipitarse antes de lo que muchos suponen.
Luego del susto más grande en 62 años el 11J, con multitudes en las calles gritando “Libertad” y “Abajo la dictadura”, y “Asesino” en su cara al mismísimo Ramiro Valdés, el bien escabullido Raúl Castro (no dio la cara) ordenó a su asistente principal, Miguel Díaz-Canel, desatar la mayor ola represiva que se recuerde en la isla.
Pese a la represión aumentan las protestas públicas
La explicación de ello, el miedo. Nunca el régimen tuvo tanto, ni fue más débil. Con el 11J, y luego para colmo con el apoyo al genocidio de Putin en Ucrania, la dictadura perdió la poca credibilidad que tenía en la izquierda internacional. Hoy solo se sostiene a base del terror.
Pero pese a todo crece el desafío de los cubanos al régimen. En abril pasado (2022) aumentaron las protestas callejeras con respecto a marzo, y en marzo con respecto a febrero. El Observatorio Cubano de Conflictos registró en abril 293 protestas públicas, 61 más que las 232 de marzo, 86 más que las 207 de febrero, y 90 más que las 203 protestas de abril de 2021. En los cuatro primeros meses de 2022 y se han realizado 1,007 protestas, en su mayoría precisamente contra la represión, sin miedo alguno.
Señales de fisuras en la “unidad monolítica de la revolución”
Pero lo más significativo es que se observan señales de que la cacareada unanimidad monolítica de los “revolucionarios” a nivel alto y más abajo, se está resquebrajando.
Entre esas señales cabe mencionar la reacción a la destitución de Armando Franco Senén, director de la revista universitaria Alma Mater, fundada en 1922 pero confiscada en 1959 a la FEU por Fidel Castro y entregada a la UJC.
Esa destitución levantó ronchas inéditas, pues el truene de Franco Senén no lo decidió la UJC, como se dijo, sino la cúspide dictatorial, que vio en Alma Mater un peligro por sus críticas “atrevidas” que “alebrestaban” a los jóvenes, y provocaban comentarios “liberales y respondones” entre periodistas estatales, e intelectuales.
Nunca “tronados” por el régimen fueron defendidos públicamente
Nunca antes un “tronado por la revolución” fue defendido públicamente por figuras del régimen. Silvio Rodríguez, ícono cultural-político de la dictadura; el presidente y el vicepresidente de la oficialista Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Ricardo Ronquillo (ex oficial del MININT) y Ariel Terrero, respectivamente; y el espía Gerardo Hernández, coordinador nacional de los CDR, criticaron la destitución y defendieron a Franco.
Ronquillo a su vez destacó las palabras que sobre Franco Senén dijo poco antes Enrique Villuendas, el funcionario del Departamento Ideológico del CC del PCC encargado de la prensa nacional, con una foto en la que se ven juntos Villuendas y Franco. “Me reuní con Armando Franco Senén, periodista joven y talentoso, quien tiene mucho que aportar…” expresó Villuendas.
“…Espacios donde cualquiera exprese lo que piensa”.
Silvio dijo que “debieran existir espacios donde cualquiera exprese lo que piensa”. Destacó que es “un muy grave contrasentido que las organizaciones políticas se empeñen en ser tan obsoletas, tan poco afines con el espíritu rebelde, iconoclasta que caracteriza a las juventudes de todas las épocas”.
El espía Hernández calificó de “buen soldado” a “Armandito”, en señal de su buena amistad con él. Y el presidente de la UPEC dijo sentirse “triste” por la destitución de Franco.
Encima, el resto del equipo de dirección de Alma Mater y varios periodistas más renunciaron Y muchos lectores también protestaron por la destitución, y siguen protestando en las redes sociales.
Sin duda el dueto Raúl Castro -Díaz Canel se asustó. Se acordó de la “Glasnot” en la URSS y defenestró al director.
Pero, ojo, el PCC hará ahora lo que quiera con Alma Mater, pero el mensaje le llegó clarito: van a surgir más respondones. La gente va a expresarse cada vez más públicamente sin miedo. La caldera político-social aumentará su ya explosiva alta temperatura y la ruptura “arriba” será inevitable.