En el cuasi infinito expediente de humillaciones que le ocasiona la dictadura castrista a los cubanos quizás la más lacerante es la condición de pedigüeño que hoy tiene el país. Es ese posiblemente el mayor “logro de la revolución”, haber convertido a la otrora próspera Cuba en un mendigo internacional.
¿Qué sería hoy de los cubanos y de la economía cubana sin los miles de millones de dólares de regalos en efectivo, paquetes de medicinas, ropa, zapatos y artículos de consumo de todo tipo que llegan a la isla, gracias a los “gusanos” residentes en el extranjero (el 91% en EE.UU)?
La economía habría colapsado. Muchos cubanos estarían pasando hambre, y no metafóricamente hablando. No pocos habrían fallecido de inanición o enfermedades curables. Otros estarían fatalmente desnutridos, y vistiendo puros harapos. ¿No es eso vivir de limosnas?
Y a medida que el barco castrista hace aguas por todas partes, más limosnas tiene el régimen que pedir. El país produce cada vez menos, exporta cada vez menos, no exporta y no tiene dinero para importar todo lo que necesita debido a su asombrosa incapacidad productiva.
Una gira internacional en búsqueda de limosnas urgentes
Por eso el pasado el 16 de noviembre (2022) el asistente principal del dictador Castro II, Miguel Díaz-Canel, inició una gira internacional de 11 días para hacer una desesperada búsqueda de limosnas urgentes. Primero viajó a Argelia, para luego continuar hacia Rusia, China y Turquía, los más allegados “amigos de Cuba” fuera de América.
El ”presidente” cubano (¿quién lo eligió?) viaja acompañado de sus más conspicuos ministros, incluyendo a los vicejefes del gobierno Ricardo Cabrisas y Alejandro Gil, y los titulares de los ministerios de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Relaciones Exteriores, Energía y Minas, y Salud Pública.
Ya el presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, canceló todos los intereses pendientes de la deuda que Cuba no ha pagado, ni pagará nunca. Pospuso su cobro “hasta nuevo aviso“, y encima se comprometió enviar a Cuba una central eléctrica solar, y a reanudar el suministro de petróleo a la isla, suspendido desde 2019 porque La Habana no lo pagaba.
Y menos lo va a pagar ahora sin divisas ni para comprar alimentos. Obviamente estamos ante una nueva limosna dada a la dictadura castrista por razones políticas, que a su vez lesionan el ya bajo nivel de vida de los argelinos. Claro, en Argelia impera un régimen autocrático y socializante, con altibajos y escaramuzas “democráticas” desde su independencia de Francia en 1962.
Por apoyar a Putin queremos mucho petróleo, fertilizantes y trigo
A Rusia Díaz-Canel y sus colegas fueron a gestionar el envío a Cuba de petróleo, o muy barato o apagar cuando la rana críe pelos; así como fertilizantes y trigo. O sea, el “mandatario” cubano fue a pasarle la cuenta a Vladimir Putin por el apoyo castrista a la agresión contra Ucrania. Y para escarnio de los cubanos el “jefe de Estado” cubano inauguró en un céntrico parque de Moscú una enorme escultura de Fidel Castro, el tirano que de hecho acabó con Cuba, y el peor habido nunca en el continente americano.
En tanto, en China la delegación de suplicantes castristas tratará de arañar todo lo que pueda. Pero muy probablemente puede que solo obtenga muy bonitas declaraciones políticas, y alguno que otro acuerdo, también muy bonito pero que los chinos saben de antemano que no se va a cumplir.
Pekín y La Habana hace 11 meses (en diciembre de 2021) firmaron un pomposo acuerdo para resucitar otro suscrito en 2018 para el “desarrollo en Cuba de infraestructuras, educación, cultura, salud y biotecnología, comunicaciones, ciencia y tecnología, turismo”.
Pues bien, prácticamente nada, o demasiado poco se ha hecho hasta ahora. La razón es simple. Cuba ya no cumple siquiera con el compromiso mínimo de enviar anualmente a China 400,000 toneladas de azúcar, pues ahora produce en total menos de 470,000 toneladas y no alcanza ni para cubrir el consumo nacional de unas 600,000 toneladas de azúcar.
Y eso, pese a que China en 2011 le perdonó a los Castro la deuda total de $6,000 millones de dólares que tenía con la nación asiática. Ya no paga ni principal ni intereses, pero ocurre que el modelo estalinista castrista, muy distante de la consigna china de “enriquecerse es glorioso”, de hecho ya colapsó.
No, no se lleven las plantas flotantes generadoras de electricidad
En cuanto a Turquía, ese país euroasiático le está rentando ahora a Cuba siete plantas flotantes generadoras de electricidad para aliviar los apagones. Seguramente Díaz-Canel va a decirle al gobierno de Ankara que aunque no le puede pagar ahora toda la renta, que por favor, no se las lleven, que cuando la economía “se recupere” van a pagar. Es el acostumbrado embuste castrista que increíblemente se siguen tragando tantos gobiernos de este mundo.
Conclusión: Díaz-Canel lleva la misión de su jefe Castro Ruz de pedir “una limosnita, por favor”, por aquí y por allá, para que algo se consiga. Todo lo demás al respecto es ilusorio, pura mascarada política para extraerle presión política a la caldera social en isla, siempre a punto de estallar.