Al ritmo vertiginoso en que están subiendo precios al consumidor en Cuba, lo que se compró en 50 pesos el 1 de enero pasado puede que cueste 250 pesos, o más, el 31 de diciembre de 2021.
Y no son especulaciones de neófitos en materia económica, o de “gusanos malintencionados”, sino la conclusión de Economist Intelligence Unit (EIU), del Grupo The Economist, entidad con sede en Londres fundada en 1843 y de gran prestigio mundial, que acaba de publicar un estudio en el que pronostica una inflación en 2021 entre 400% y 505% en Cuba.
Claro, el cuarteto Díaz-Canel-Marrero-Murillo-Alejandro Gil dice otra cosa para no exacerbar el creciente descontento en las calles. Afirman, sin sonrojarse, que en 2021 la inflación en Cuba será de un 6% o 7%. O sea, lo que costó 50 pesos en enero costará 53.25 pesos en diciembre, el precio aumentará solo en 3.25 pesos, no 200 pesos.
¿A quién creerle, al mitómano Raúl Castro y su claque burocrática patológicamente mentirosa, o a los economistas británicos estudiosos de la economía cubana? Es más, probablemente The Economist se va a quedar corto en su proyección inflacionaria para este año.
El régimen insiste en ignorar al verdadero mercado
Bajo su lógica estatista el gobierno castrista comete dos errores. Por un lado ignora olímpicamente al único mercado verdadero de Cuba, el subterráneo, negro, informal, o como se le quiera llamar. No solo lo soslaya, sino que lo ataca, lo frena e impide su expansión.
Por otra parte, cree controlar la inflación con topes de precio, multas, prohibiciones, o la cárcel. Craso error. Nada puede impedir que los precios suban en el mercado libre cubano (no importa que lo pinten de negro) mientras la demanda supere tan abrumadoramente a la oferta y haya consumidores que los puedan pagar.
Precios subirán mientras los más solventes los paguen
El régimen pretende aplicar aquí, fallidamente, la teoría económica clásica (capitalista), según la cual la inflación no puede ser mayor que la masa de dinero en circulación. El gobierno castrista considera que aunque con la Tarea de Ordenamiento se multiplicó la liquidez del país (cantidad de dinero en circulación), los salarios no fueron aumentados en la misma proporción que los precios al consumo, y eso frena, o disminuye la tasa de inflación, pues la gente no puede comprar si no tiene dinero.
Pero en Cuba eso no funciona, o solo lo hace a medias, pues el régimen desestimula en vez incentivar al sector privado, y el sector estatal produce cada vez menos (falta de materias primas, combustible, etc). En otras palabras sin duda en lo que resta de 2021 la tendencia será hacia una reducción de la oferta de todo.
De manera que en Cuba los precios sí seguirán subiendo.Aumentarán hasta el nivel en que ya no puedan pagarlos quienes tienen salarios más altos y reciben mayores ingresos por otras vías, legales o “por la izquierda”. Y es que la masa de dinero en circulación no está distribuida de manera “pareja” en los bolsillos de todos. Unos tienen más que otros, y esos que más tienen pagan lo que no pueden pagar los que tienen menos dinero.
¿Y los desempleados, jubilados y personas con bajos salarios?
¿Entonces qué pasará con esos millones de cubanos que tienen menos dinero: los 2.1 millones de desempleados, el millón de jubilados, los 185,000 pensionados, y quienes ganan el salario mínimo; y las decenas de miles de familias en la extrema pobreza que viven en chozas en barrios insalubres? Pasarán más hambre
Si hoy con un salario mínimo de 2,100 pesos ($87.50 dólares) solo se puede cubrir el 60% de los gastos de la canasta básica, según estudios recientes ¿qué porcentaje cubrirán con precios más altos?
Actualmente, según reportes de periodistas independientes, una libra de carne de res cuesta 150 pesos; de cerdo (120), de frijoles (60), de arroz (50) de queso (70), un huevo (10); un aguacate (50), un kilogramo de pollo (250), y de picadillo (125) . Una libra de pescado, 80 pesos; dos cabezas de ajo (25), una piña (40), una libra de tomates (60). Y esta es solo una lista al azar.
Minicompra de 4 productos agrícolas absorben 30% de un salario
Llevados esos precios al salario mínimo se advierte que solo dos libras de carne de res, dos de frijoles, tres de arroz, y dos aguacates cuestan 620 pesos, absorben casi la tercera parte (30%) del sueldo mensual. Es como si alguien en EE.UU con salario mínimo de 2,600 dólares mensuales pagase 780 dólares solo por esos 4 productos .O que un salvadoreño, con un salario mínimo actual de $251.70 mensuales, pagase 75 dólares por esa minúscula compra.
En todo esto lo que más indigna es que en el VIII congreso del PCC no se mencionará siquiera la posibilidad de abrir la economía a la iniciativa privada para producir más y reducir la brecha asombrosa entre oferta de alimentos y la angustiosa demanda cada vez menos satisfecha. Eso, hay que repetirlo mil veces, es un crimen de lesa humanidad.