¿Cree la mafia militar que usurpa el poder en Cuba que una vez reabiertas las puertas al turismo internacional a partir del 15 de noviembre visitantes de todo el mundo rápidamente decidirán viajar a la isla tropical?

Al parecer esa cofradía dictatorial confía en que las agencias cubanas de viajes y la propaganda castrista muestren lo “bien” que el gobierno ha manejado la pandemia y la “tranquilidad”, la “prosperidad” y el “atractivo” de Cuba ahora, y que millones de personas la elegirán para pasar unas deliciosas vacaciones.

¿Piensa de veras que pueden engañar a todos como siempre y sí llegar ahora en poco tiempo a los cinco millones de turistas y llenarán hasta el tope los hoteles de GAESA?

La crisis nacional cubana devino irreversible el 11 de julio

Si así lo creen siguen sin metabolizar que el 11 de julio de 2021 fue un parteaguas que marcó un antes y un después en Cuba. Fue la señal del principio del fin del castrismo tal y como lo conocemos ahora. La crisis nacional cubana devino irreversible, terminal.

Se equivocan Raúl Castro y sus esbirros militares y civiles. Cuba no volverá nunca más a la “normalidad” de antes del 11-J. Y eso incluye la imposibilidad de un regreso de un turismo masivo y floreciente en una isla que ya suelta lastimosamente los pedazos y es una gigantesca cárcel.

Al menos tres factores impiden un regreso a la “normalidad”

Al menos tres factores impiden por ahora un paraíso turístico en Cuba:

1) mucha gente de países en los que la pandemia ha sido controlada y la población está bien vacunada no va ir a naciones como Cuba, cuyo gobierno ha manejado pésimamente el azote del Covid-19, su sistema de Salud Pública colapsó, y la población no ha recibido vacunas certificadas por la OMS;

2) la economía cubana es ahora menos capaz que nunca de ofrecer un servicio de calidad al turista; y

3) Cuba es ahora un país visiblemente militarizado; dejó de ser el país “tranquilo, seguro y paradisíaco”  que vendía al mundo la propaganda castrista.

Antes de la pandemia el turismo en Cuba ya venía en picada

Gracias a la revolución comunicacional en los cuatro puntos cardinales de la Tierra se conocen los atropellos, la represión enfermiza contra la ciudadanía. Se sabe que hay más de 500 presos políticos, algunos con penas de 20 años, incluso adolescentes, por marchar pacíficamente por las calles. El mundo se enteró de que Roberto Pérez Fonseca fue condenado a 10 años de cárcel por romper un cuadro de Fidel Castro.

Pero lo más importante aquí es que el turismo en Cuba comenzó a declinar antes de la pandemia, por la incapacidad para ofrecer un buen servicio. En 2019, antes del Covid-19, viajaron a Cuba 4.2 millones de vacacionistas, es decir 436,352 menos que en 2018, una caída de casi un 10%.

Y no solo viajaron a la isla menos turistas estadounidenses debido a las sanciones aplicadas por EE.UU, sino también desde Canadá, España, Italia, Francia, Gran Bretaña, Alemania y otros países de Europa y de América Latina. Las visitas a Cuba de los cinco principales emisores europeos cayeron en casi un 30%. Viajaron a la isla 800,000 turistas menos de lo previsto y 400,000 menos que en 2018.

Fines de 2019, Cuba 14% de ocupación hotelera, R. Dominicana 68%

Un dato elocuente de ese declive turístico es que la tasa de ocupación hotelera a fines de 2019 se hundió a un 14.7%. O sea, la industria turística cubana tenía desocupada el 85.3% de su capacidad total. Algo inaudito y que no ocurrió en ningún otro país.

Antes de la pandemia el turismo estaba en auge en el resto de los países del Caribe.  República Dominicana, principal competidor caribeño de Cuba, a fines de 2019 tenía una tasa de ocupación hotelera de 68.3% y registró un 72% de promedio para todo el año. Con menos de la mitad del territorio de Cuba, esa nación en 2019 recibió 6.4 millones de turistas que dejaron en el país $4,468millones de dólares. En Cuba los 4.2 millones de turistas gastaron $2,903 millones.

Ese mismo año prepandemia (2019), en Panamá 1.7 millones de turistas dejaron $4,521 millones; Costa Rica recibió 3.1 millones de turistas que gastaron $4,009 millones; en Jamaica 2.6 millones de visitantes dejaron $3,001 millones. Son todos datos oficiales.

Estamos hablando de crueldad y criminalidad

Por otra parte, además de que no habrá millones de turistas en Cuba en mucho rato, cabe preguntar: ¿Suponiendo que se volvieran locos y viajaran a Cuba muchos despistados, en qué se beneficiarían los cubanos de a pie no cuentapropistas?

En nada. Esos ingresos no serían destinados a importar alimentos y medicinas, o materias primas, o para aliviar la quiebra financiera del Estado. Iría directamente a la transnacional GAESA de una mafia militar, fascista, y corrupta. Y nutriría las cuentas bancarias en el extranjero de esos vividores. Sustentarían la “dolce vita” de que disfrutan ellos y sus familias.

¿Entonces de qué estamos hablando?  De una perversión que expresa la crueldad y la criminalidad del dictador Raúl Castro y sus apandillados.