La Cuba “de antes” era famosa, entre otros atributos, por ser la azucarera mundial, por su tabaco único, el ron, el café, por el mágico atractivo de La Habana (llamada por muchos artistas de Hollywood el París latinoamericano), por la playa de Varadero; por la hermosura de sus mujeres, la gracia y simpatía de los cubanos en general, y por su formidable música tropical.

El tabaco cubano era (y es) el mejor del mundo. Fumarse un habano en cualquier rincón del planeta era (y es) un gran placer para el fumador, y expresión de buen gusto y solvencia económica. El ron cubano Bacardí era el más célebre. El café “arábigo bourbon” de las montañas orientales se paseaba entre los mejores del orbe. Y los ritmos cubanos hacían bailar a medio planeta.

De todo eso se beneficiaban, ante todo, los cubanos. Por eso antes de 1959 la isla atrajo a más de un millón de inmigrantes de los cinco continentes.  Pero llegaron los Castro al poder y todo cambió, para mal, muy mal. Cuba hoy produce menos azúcar que en 1894. No exporta café, ni los cubanos lo pueden saborear. Increíblemente el país importa azúcar y café. Produce menos ron que en 1958. La Habana yace en ruinas y con aguas negras apestando en las calles. Varadero, dolarizado, es inaccesible para los cubanos.

La mayoría de los mejores músicos emigraron. A los que se quedaron se les ha esfumado la inspiración, acogotada por el socialismo. Sí brilla la música contestataria pero sus autores están en prisión o son marginados.

En 62 años Cuba no ha aportado al mundo ni un solo ritmo más. Sin embargo, antes regaló nueve ritmos de alcance universal: la rumba (declarada por la UNESCO en 2016 como Patrimonio Cultural de la Humanidad) , la conga,  la contradanza, el danzón. el bolero. el son, el mambo, el cha-cha-cha, la “salsa” (derivada del son). Como dice Wikipedia, Cuba era fuente de “las formas más populares de música en el mundo”.

Hasta el famoso tabaco cubano está en peligro de extinción

Ya hasta el famoso tabaco cubano está en peligro de extinción

Si exceptuamos la belleza femenina y el gracejo criollo, hoy de la Cuba precastrista solo queda el tabaco como gran activo. Y hasta eso parece estar ya en peligro de extinción, pese a que es el principal rublo exportable. En 2020 la isla exportó tabaco por $287 millones de dólares, $211 millones en azúcar, $134 millones en níquel, y $97 millones en ron.

Este nuevo desastre es responsabilidad del régimen. De Tabacuba, el monopolio estatal del tabaco y cuyo presidente es ahora el mismísimo Marino Murillo, principal diseñador de la Tarea de Ordenamiento que hundió a la economía del país y disparó la inflación.

Tabacuba, conformada por 45 entidades estatales, produce 300 millones de puros habanos torcidos a mano, 130 millones torcidos a máquina, y 14,000 millones de cigarrillos. Exporta a 152 naciones y pertenece a la mafia militar. El presidente de Habanos S.A., la principal rama exportadora, es el general Leopoldo Cintras Frías, hasta hace poco ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).

Ante el atropello estatal tabaqueros desmontan sus vegas

Pues bien, ese trust castrista paga tan poco a los vegueros que éstos registran pérdidas. Y muchos están desmontando sus plantaciones de tabaco, se niegan a cultivar tabaco. Porque, además, de los $287 millones de dólares exportados el año pasado a los vegueros no les llegó ni un centavo “americano”. Por ley ellos no pueden exportar tabaco, ni venderlo por su cuenta en la isla.

La respuesta de Murillo, típica, ha sido un ultimátum a los vegueros: les quitarán las tierras en usufructo y le impondrán multas exorbitantes a los tabacaleros que el 31 de diciembre no hayan cumplido los planes de siembra ordenados por el Estado para la próxima cosecha. Ah y los precios se mantendrán igualitos.

Semejante atropello disparó aún más el descontento de los tabacaleros. El 29 de noviembre varios vegueros denunciaron en Holguín a Radio Martí que están siendo amenazados, pero aseguraron que si no les pagan más por su tabaco dejarán de cultivarlo, y punto.

En Mayarí, también en Holguín, Janner Ramírez, veguero con 15 años de experiencia, le dijo a un periodista de Diario de Cuba: “Es una gran estafa. Este año cogí el mejor tabaco en comparación con años anteriores y terminé con pérdidas (…) empezando porque en casa el tabaco me pesó 15 quintales y en la empresa solo 13 (…) y cuando me lo pagan es una basura, apenas 35,000 pesos ($1,458 dólares). Si la cosecha me costó 40,000 pesos ($1,666 dólares), cuando descuentan también los impuestos, tengo más de 6,000 pesos de pérdidas ($250 dólares). Así no se puede, es una trampa”.

Claro que me están robando”

Otro tabaquero, llamado Gregorio, se quejó: “A nadie le importa de qué vamos a vivir si no hemos ganado nada con el tabaco. Es un robo, no tiene otro nombre. Yo me siento como si me hubiese levantado por la mañana y los ladrones me hubieran vaciado la casa. Me siento robado y estafado (…) si le entrego 12 quintales de tabaco de exportación al gobierno ellos le sacan un millón de pesos y a mí en vez de pagarme 200,000 pesos, como debería ser, me dan solo 40,000 pesos. ¡Claro que me están robando!”,

Y Alexander Ramírez informó que reducirá en un 66% su siembra de tabaco debido a “los precios injustos y la inseguridad del tabaco en la empresa, donde ocurren robos”.

En resumen, si la mafia militar no paga un precio justo a los campesinos no podrán producirse 430 millones de puros habanos, que aunque no son muy buenos para la salud sí son el primer producto exportable de Cuba hoy. Empeorará la crisis financiera, la escasez de todo, y la pobreza.