El último acto de terror de la tiranía castrista en su institucionalización de la represión política, contemplado en el proyecto de Código Penal, incluye una arremetida jurídica directa contra la sociedad civil que teme cada vez más.
Según el artículo 143 del proyecto mencionado que se aprobará en la Asamblea Nacional en abril próximo, podrá ser condenado a penas entre 4 y 10 años de prisión quien “apoye, fomente, financie, provea, reciba o tenga en su poder fondos, recursos materiales o financieros, con el propósito de sufragar actividades contra el Estado”.
Se empeora así la Ley 88, (Ley Mordaza) por la cual en 2003 fueron encarcelados 75 opositores y periodistas independientes, que establece en su Artículo 1 que va a prisión quien “directamente o mediante tercero, reciba, distribuya o participe en la distribución de medios financieros, materiales o de otra índole, procedentes del gobierno de Estados Unidos de América, sus agencias, dependencias, representantes, funcionarios o de entidades privadas”.
Castigar a quienes critican al régimen en las redes sociales
Con el nuevo Código Penal irá a prisión no solo quien reciba medios financieros del exterior para actividades que no gustan al dictador, sino también quienes sin recibir un centavo muestren solo su apoyo a quienes los reciben. O sea, se pretende encarcelar a quienes en las redes sociales y grupos de Whatsapp, desde su casa, sin salir a la calle, apoyen la realización de alguna protesta pacífica.
Estamos ante un paso más de la asustada dictadura castrista, que en su fase terminal elucubra una mayor sofisticación de la represión contra un pueblo que le dijo ¡Basta ya! el 11 de julio pasado.
El colmo de las ironías es que se encarcele a quien reciba financiamiento del extranjero cuando la mafia gobernante se ha podido mantener en el poder por 63 años gracias al financiamiento con “recursos materiales o financieros” obsequiados por mecenas extranjeros.
Porque el castrismo es probablemente el mayor y descarado parásito político-económico (más bien proxeneta) habido nunca en el mundo. La economía socialista cubana es incapaz de generar riquezas y recursos financieros y el país se mantiene a flote duras penas por los subsidios megamillonarios, el petróleo gratuito y muchos otros recursos que le regalan desde el exterior.
La mafia militar lucra con financiamiento proveniente del exterior
La propia cúpula militar mafiosa gobernante lucra con el dinero proveniente del exterior. Tiene el monopolio de los ingresos de divisas que entran en Cuba, incluyendo las remesas que la diáspora envía a sus familiares, a los que les entrega vales para comprar en ciertas tiendas con precios inflados entre un 240% y 1,500%.
Además, el Estado es el empleador del 87% de la fuerza laboral del país y paga los salarios en pesos cubanos, la moneda más devaluada del mundo según el último reporte de la firma global Bloomberg, y que encima son tan bajos que no cubren los gastos de la canasta básica familiar. Sin embargo, ese mismo Estado exige dólares a la población para venderle casi todo.
Los expulsan de su trabajo y necesitan dólares para subsistir
Encima, la dictadura expulsa de sus empleos a quienes disienten del régimen comunista, a los periodistas independientes, los defensores de los derechos humanos y los luchadores por los derechos sindicales, de la mujer, por la igualdad racial, por la libertad de expresión, etc. Todos ellos al ser dejados sin empleo quedan desamparados por parte del Estado, y tienen que sobrevivir como puedan.
Ahora el régimen va encarcelar también a quienes apoyen silenciosamente desde su teléfonos móviles y computadoras a quienes luchan valientemente de alguna manera en defensa de todos esos derechos ciudadanos básicos cercenados y que reciben el único apoyo financiero posible, el proveniente del exterior, incluso para no morir de hambre, pues el gobierno no les permite tener un empleo.
El aumento de la crueldad represiva es obra personal de Raúl Castro
Sin duda este artículo 143, de fuerte tufo fascista, es obra personal del cruel dictador Raúl Castro con el apoyo de sus cúmbilas históricos jurásicos más cercanos. Como fue obra personal suya la orden que le dio a su monigote Díaz-Canel el 11 de julio pasado de llamar a la guerra civil y lanzar a los militantes del PCC y brigadas de trabajadores con palos a golpear, masacrar, a los pacíficos manifestantes. Nadie más podía dar semejante orden.
Fue el general Castro quien decidió posteriormente militarizar totalmente el país y aterrorizar a los cubanos con sus hordas de tropas especiales para cazar a golpes, patadas y empujones a quienes salieron a marchar pacíficamente por las calles. Y también ir a arrestarlos a sus casas y condenarlos hasta 30 años de cárcel.
Y si como se dice Raúl Castro violó así el derecho a la protesta pacífica que establece la actual Constitución que él mismo cocinó personalmente en 2019 fue porque entones él no podía concebir, ni imaginarse siquiera, que los cubanos se atreverían a salir a las calles multitudinariamente a gritar “Libertad” “Abajo la dictadura”, “Abajo el comunismo”, y que le gritasen “asesino” en su cara nada menos que al mismísimo Ramiro Valdés.
Conclusión: Se impone denunciar por todos los medios posibles este recrudecimiento de la institucionalización de la crueldad, ya claramente fascista, de la dictadura de Raúl Castro.
Foto de Alex Almeida