Cuba una vez mal llamada “potencia médica”, ahora enfrenta epidemias de sarna y falta de medicamentos básicos

Erase una vez un país en el que en los hospitales trataban las heridas infectadas luego de intervenciones quirúrgicas con azúcar prieta llevada por los propios familiares del paciente porque los centros hospitalarios no disponían de antibióticos ni desinfectantes médicos de ningún tipo.

No es este el comienzo de una crónica sobre la vida en los tiempos de Dante Alighieri o Juana de Arco; ni de un cuento de Horacio Quiroga, Julio Cortázar, o Mary Shelley. Es un testimonio vivo de la realidad de hoy mismo en la “potencia médica” que es Cuba.

Hace unos días, a Ana Luisa Navarro, de 80 años, en el hospital Saturnino Lora de Santiago de Cuba le echaron azúcar no refinada en la herida que se le infectó luego de una intervención quirúrgica. No había antibióticos.

La herida se infectó y le echaron azúcar llevada por los familiares

Ana Rubio, sobrina de Ana Luisa, explicó a un periodista independiente que su tía fue operada de urgencia de una obstrucción intestinal y aparentemente salió bien, pero “una semana después la herida se infectó y no había nada para curarla”.

Contó la sobrina que le dijeron a la familia que tenían que ir a la casa y buscar azúcar prieta y llevarla al hospital para poder ponerla en la herida y desinfectarla antes de que se agravara. Y agregó: “gracias a que compartí en Facebook la situación, vecinos y personas que no conocemos donaron medicamentos y otras cosas y ahora mismo mi tía está fuera de peligro”. Pero dijo estar muy preocupada de que a su tía se le presenten otras complicaciones, pues “el Ministerio de Salud Pública y el hospital no disponen de recursos”.

Con la mejor disposición del mundo el personal médico de ese hospital santiaguero se basó en un artículo publicado en 2013 por la Revista Cubana de Medicina Militar, en el que se afirma que la “sacarosa ayuda a la cicatrización de heridas infectadas”. Pero no tuvieron en cuenta que no se puede emplear nunca azúcar sin refinar, o sea, la llamada azúcar prieta en Cuba, porque es muy poco efectiva.

Dice el régimen que falta el 40% de las medicinas

Esa noticia desde el Saturnino Lora llegó de la mano de otra desde la Habana. Eduardo Martínez, presidente de BioCubaFarma, el monopolio estatal que produce y distribuye los medicamentos en la isla, admitió que al comenzar este mes de febrero el país no contaba con 140 medicamentos de los 349 que produce esa entidad socialista. O sea, oficialmente falta el 40% de las medicinas en Cuba, pero el régimen siempre miente por razones políticas y seguramente falta más de la mitad de las medicinas en Cuba.

De los 262 medicamentos considerados como imprescindibles y clasificados como como “Prioridad Uno”, faltan 88 de ellos. De los 63 medicamentos para enfermos crónicos, que se entregan con “tarjetas”, faltan 23. Martínez añadió que del Enalapril para bajar la presión arterial no se pudieron entregar los 42 millones de tabletas que se necesitan en el país durante un mes.

No se sabe cuántos enfermos mueren por falta de medicamentos

Sobra decir que ni a Raúl Castro, ni a su asistente Díaz-Canel, ni al general López-Callejas, ni al primer ministro Manuel Marrero, ni a los demás mafiosos del régimen les importa un comino cuántos hipertensos cubanos posiblemente murieron en enero de 2022 por no poder bajar su presión arterial sanguínea, o quienes probablemente mueren a diario por no recibir el tratamiento médico preciso para la diabetes, problemas cardiovasculares, enfermedades hepáticas, neurofisiológicas, o cáncer.

Para esa casta parasitaria en el poder hay todo tipo de medicamentos de úlltima generación, importados especialmente para ese patriciado dictatorial.

Con tan aguda escasez de medicamentos los precios en el mercado negro ya son inalcanzables para muchos. Luego del 11J el régimen decretó exención de impuestos en las aduanas para entrar en Cuba medicinas, alimentos y productos para el aseo. Pero la inflación ha reducido tanto el poder de compra que quienes reciben medicinas traídas por viajeros, o en paquetes, las revenden para comprar alimentos, cada vez más caros.

Se da el caso dramático de que pacientes con enfermedades crónicas cambian parte de sus alimentos por medicamentos que están en falta en las farmacias estatales y que necesitan para no empeorarse de sus padecimientos, o morir.

Enfermos crónicos cambian sus escasos alimentos por medicinas

Es el caso de muchos enfermos crónicos, sobre todo jubilados, cuyas pensiones oscilan entre 1,528 pesos ($63,33 dólares) y 1,733 pesos ($72.20) mensuales. Son tan bajas que no pueden pagar los precios astronómicos de los medicamentos en el mercado subterráneo prefieren tener un poco más de hambre que agravarse de sus enfermedades

Así andan las cosa en la “potencia médica”, la que a estas alturas todavía la izquierda militante en general sigue alabando, incluso en EE.UU, como lo hacen Robert de Niro, Sean Penn, Susan Sarandon, o Danny Glover, así como destacadas figuras del Partido Demócrata, incluyendo senadores y representantes del Congreso federal, y otros famosos.

El expediente criminal del dictador Raúl Castro y de sus apandillados se sigue abultando. Hasta un día.