Si algo evidencia la gravedad de la crisis que acogota al pueblo cubano es que, hasta la ONU, escorada hacia babor (izquierda), al fin acaba de reconocer que en Cuba se pasa hambre.

Aunque con un lenguaje almibarado para no ofender políticamente a la cúpula castrista, por primera vez en la historia de la “revolución cubana” un órgano de la ONU, en este caso el Programa Mundial de Alimentos (PMA), publica un informe sobre la desnutrición y la malnutrición generalizada en la Cuba castrista.

Para empezar, el PMA asegura que los cubanos entre 14 y 60 años en la isla solo ingieren diariamente el 24% de las proteínas necesarias, el 36% de la energía y el 18% de las grasas que necesitan. Si eso no es malnutrición para la izquierda que aplaude a la mafia castrista, que borren esa palabra del diccionario.

Hay hambre, no lo dice la “gusanera”, sino la ONU, al fin

Porque ahora no puede achacarse a bolas “contrarrevolucionarias”. Lo afirma la mismísima ONU, que millones de cubanos sufren de desnutrición. La cifra exacta no se sabe porque el estudio no incluye a los ancianos y los menores de 14 años. Pero de que hay hambre, no hay duda alguna ya.

No es usual en el seno izquierdoso de Naciones Unidas “atacar a Cuba”, como dice el régimen cuando hay un estudio que muestra la realidad cubana. En 2020, el representante de la FAO en Cuba, el brasileño Marcelo Resende, dijo todo lo contrario, felicitó a la dictadura castrista por “garantizar la seguridad alimentaria (…) gracias a la voluntad política” ¡Le zumba el mango!

Pero la cosa en Cuba ya pasa de castaño oscuro. En esta ocasión el PMA incluso afirma que la malnutrición en Cuba entre otras cosas se debe a la hiperinflación causada por la Tarea de Ordenamiento, que es el programa estrella del “presidente” Miguel Díaz-Canel para de sacar al país de la crisis. Y quien se dispone a jurar el 19 de abril (2023) como Jefe de Estado por otros 5 años.

El PMA: salario mínimo en Cuba es insuficiente para alimentarse

El informe destaca: “La dieta del hogar cubano promedio es pobre en micronutrientes y no suficientemente sana o diversa debido a la limitada e inestable disponibilidad de alimentos nutritivos, factores socioeconómicos y malos hábitos alimentarios”. Añade que la malnutrición causa sobrepeso y obesidad por la deficiencia y mal balance de macronutrientes. Y que quienes no reciben remesas del extranjero (limosnas) son los que más sufren la malnutrición.

Por otra parte, asevera que “el salario mínimo mensual (en Cuba) es insuficiente para cubrir los requerimientos nutricionales recomendados para la población cubana (2,300 kcal) (…) los trabajadores estatales y los jubilados están entre los mayores afectados”.

En 2022, luego de que el Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología del régimen reconoció que había muchos casos de anemia una alta prevalencia de anemia entre los bebés de 6 a 23 meses en toda la isla, el PMA compró y donó a Cuba 10.7 millones de dólares en cargamentos de arroz, aceite, harina, cereales, mezcla de maíz y soya, y otros alimentos en polvo con macronutrientes, entre ellos la leche. En total, el PMA asistió con alimentos a 789,068 cubanos, que así redujeron un tilín el hambre. La ayuda del PMA fue un 10% mayor que la de 2021

Al referirse a la Tarea Ordenamiento, el estudio señala que “contribuyó a impulsar la inflación por encima de lo previsto –un 40% interanual de octubre de 2021 a octubre de 2022 que actualmente ya supera el 44% y que en el sector de la alimentación es mayor al 70% (…) como resultado el país experimentó escasez de alimentos, incluidos los principales cereales (harina de trigo, arroz y maíz), frijoles, verduras, productos lácteos y carne (res y cerdo)”.

Hasta 65% de los ingresos solo para alimentarse, récord mundial

El colofón del informe es que “los hogares cubanos destinan entre un 55% y un 65% a la alimentación, un porcentaje desproporcionado”. Cierto, eso no ocurre en ninguno otro país civilizado. Porque ciertamente en países pobres hay puntuales sectores de población que posiblemente gastan ese porcentaje solo en alimentación, pero muy difícilmente la población total de un país gaste como promedio nacional el 65% de sus ingresos solo en alimentación, en pleno siglo XXI.

Todavía en Cuba la propaganda castrista hace creer que malnutridos y desnutridos son los niños famélicos y adultos esqueléticos que se ven casi agonizando en los brazos de sus famélicas madres revistas, documentales y películas. No, hay desnutrición cuando en la dieta no hay una ingesta adecuada de proteínas, calorías, vitaminas, fibras, minerales, hierro, grasas, yodo, calcio y otros nutrientes. Y eso es lo que ocurre ahora mismo en Cuba, un país que se autoabastecía de alimentos antes del cataclismo castrista-comunista y exportaba los excedentes.

La malnutrición causa retardo mental y poco crecimiento en niños 

Y este flagelo, típico de los países más pobres de África, golpea en Cuba, en el corazón del mundo occidental, golpea particularmente a jubilados, ancianos, niños, mujeres embarazadas, desamparados, los más pobres, y a quienes no reciben remesas, que según cálculos independientes no superan el 35% de la población total.

En los niños la deficiencia proteica, de vitaminas y minerales, impide su crecimiento normal, incluso el del cerebro. Y puede causar retardo mental, y un deficiente sistema inmune. Eso últimamente ha matado a bebés con infecciones bacterianas y virales que sus sistemas inmunes no han podido soportar.

La desnutrición también comienza en el vientre materno. Niño que nace desnutrido tendrá baja estatura, será delgado y enfermizo, y tendrá problemas de aprendizaje y desarrollo intelectual. Estudios realizados por médicos cubanos muestran que los niños en la isla hoy tienen menor estatura que los de hace varias décadas.

Y hasta aquí nuevo exponente de los “logros de la revolución”