Como expresión de la condición contra natura e inviable del castrismo-comunismo, de la irracionalidad, mediocridad, ineptitud y mala entraña del dictador Raúl Castro y la mafia que lo aúpa en el poder (sin tener ya cargo formal alguno en el régimen), Cuba se encamina hacia una debacle socioeconómica o crisis humanitaria de imprevisibles consecuencias.

Ese parece ser el propósito del ¿general?, se empecina en pasar a la historia como Raúl “el Cruel”. Hace unos días el economista cubano Mauricio De Miranda afirmó que Cuba “está a las puertas de un derrumbe en condiciones peores a las que tuvo la Unión Soviética”, la meca del “socialismo real”. Y su colega Pedro Monreal dijo que “no hay salida a la vista de la crisis económica y social de Cuba, ni indicaciones de que exista un programa coherente de política económica para resolverla.”

Monreal destacó que la pobreza en Cuba es masiva porque el salario medio y las pensiones son inferiores al valor de la canasta de alimentos, otros bienes de consumo y servicios, lo cual “exige un enfoque de política económica diferente al tradicional”. Y el economista Steve H. Hanke, de la Universidad Johns Hopkins, informó hace unos días que la tasa de inflación de Cuba en junio (2023) es la séptima peor del mundo, con un 87%.

Cuando la URSS se desintegró no había hambre, niños y ancianos desnutridos, apagones de 12 horas, salarios que no cubrían la canasta básica, y otras lindezas típicas del castrismo.

Tienen hambre, pero sus salarios no permiten comprar alimentos

Un dato revelador se conoció recientemente. En 2022 las ventas de alimentos en Cuba se desplomaron en un 77%. Es decir, los cubanos tienen hambre, pero los salarios tan bajos que devengan no alcanzan para comprar alimentos, cuyos precios suben constantemente.

Cada día se reduce más el poder adquisitivo del peso, y se encarece el dólar, que ya supera la tasa de 205 pesos por dólar en el mercado informal. Eso casi bloquea comprar en las “shopping”, que además están desabastecidas.

El desplome de las ventas en el comercio estatal de alimentos en pesos es responsabilidad directa del Estado castrista, que concentra el 89% de la venta de alimentos a nivel nacional, ocho veces más que el volumen comercializado por el sector privado “autorizado” por el régimen.

Por supuesto, la venta de alimentos “por la izquierda” en el mercado negro no hay forma de poder cuantificarla. Pero sí se sabe que el mercado clandestino es el que está evitando una trágica hambruna en Cuba.

En tanto, el gobierno que coordina Díaz-Canel (es Castro II quien toma las decisiones importantes), en vez de enfrentar con pragmatismo la crisis alimentaria, hija legítima de la política y las musarañas ideológicas que sembró Castro I, lo que hace es decretar medidas burocráticas ridículas que agravan la situación.

Solución: liberar el campo, crear una fuerte agricultura privada

Ninguna de las publicitadas 63 medidas puestas en práctica tocó la raíz del desabastecimiento agrícola y pecuario, cuya única solución es restablecer en Cuba la agricultura privada y librar a los agricultores del monopolio medieval Acopio. Solo así se acabará la escasez de alimentos en un país cuya agricultura capitalista hace 65 años cubría sobradamente el consumo nacional y hacía de la isla el mayor exportador de alimentos de América Latina en proporción a la población total del país.

A todas estas, se apareció el “brillante” Esteban Lazo, presidente del dizque parlamento cubano, regañando a los sumisos diputados: “Estamos cansados de diagnósticos y resoluciones sin que se solucionen los problemas”, espetó. Y remató: “encontrar la causa de los problemas es el primer paso para solucionar los problemas”

Socialismo es aberración contra natura, inservible, inhumana.

O sea, luego de más de seis décadas de “construcción del socialismo” aún hay que encontrar la causa de por qué empobrece y hambrea a los cubanos. Lazo se inspiró en el ridículo que hizo el extinto faraón en jefe Fidel Castro, cuando en 1987, más de un cuarto después de imponerlo a la fuerza, dijo aparatosamente en un discurso: “¡Ahora sí vamos a construir el socialismo!”.

El socialismo no es otra cosa que una aberración histórica, contra natura, inservible e inhumana. Por eso fue echado a la basura en 1991 por sus propios inventores bolcheviques (sus nietos y bisnietos se encargaron de ello) luego de intentar en el laboratorio de la vida durante 74 años, que funcionara.

Cuba va a un “desmerengamiento”, como decía Fidel de la URSS

Volviendo al abismo al que se acerca Cuba, vale citar algo que dijo Monreal para enfatizar la falta de una conducción acertada y sensata del castrismo para enfrentar la crisis: “No queda claro si es un problema de incapacidad técnica o de ‘directivas’ que se han impartido”.

A decir verdad, son las dos cosas a la vez. Hay una incapacidad olímpica, asombrosa, del equipo de gobierno, y un control medular, enfermizo, del gobierno por parte del dictador Castro II y sus colegas jurásicos de la Sierra Maestra, negados a rajatabla a “traicionar” a Fidel y abrir la mano a la economía de mercado.

Como resultado de esa combinación Cuba se aboca al abismo, a un “desmerengamiento” , como decía despectivamente Castro I.