Hay tres grandes “logros de la revolución” realmente muy poco conocidos dentro y fuera de Cuba.

El país campeón mundial en ciudadanos presos

Para empezar, la isla en proporción al tamaño de la población es hoy el país campeón mundial en ciudadanos presos, oficialmente sentenciados por los tribunales. Son 127,000 personas en total, incluyendo 90,000 tras las rejas y otras 37,000 que cumplen sus condenas confinadas en sus domicilios.

Con los que están físicamente en las cárceles Cuba tiene una dramática tasa de 794 presos por cada 100,000 habitantes. Supera los 655 presos por cada 100,000 habitantes en EE.UU, y los 604 en El Salvador, que ocupaban el primero y segundo lugar global. Son estos datos de Cuban Prisoners Defenders (CPD) y el World Prison Brief (WPB), con sede en Londres.

Líder en presos políticos en Occidente

Un segundo gran logro “revolucionario” es que Cuba es el país que más presos políticos tiene en América Latina y en todo Occidente. Según las pesquisas de CPD, WPB y otras organizaciones de derechos humanos, de los 143 cubanos prisioneros de conciencia que había en la isla antes del 11 de julio de 2021, la cifra subió a más 700 en estos momentos, incluyendo adolescentes, algo no visto desde los campos de concentración nazis.

Muchos han sido sentenciados a insólitas condenas de hasta 15 años de cárcel solo por manifestarse pacíficamente en las calles. Hay cientos más en espera de juicio, y que engrosarán en las semanas próximas el número de presos de conciencia.

En estos momentos Cuba casi triplica la cifra de presos políticos en Venezuela, que en septiembre último tenía 261 detenidos que la entidad venezolana Foro Penal considera presos políticos, pero que no han sido sentenciados por los tribunales. Y en Nicaragua hay 155 presos políticos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

La población se multiplicó por dos y las prisiones por 14

Y un tercer logro del castrismo casi desconocido es que en 1958 la isla país tenía 14 prisiones, y ahora tiene más de 200. Es decir, mientras la población cubana se multiplicó por dos, las prisiones se multiplicaron por 14.3. Aumentaron en un 1,428%, algo también único en Latinoamérica.

Por eso no ha sorprendido a nadie la campaña lanzada hace unos días en la isla por el Ministerio del Interior castrista para reclutar más esbirros como carceleros. Los que tiene ya no dan abasto.

Al llamado de uno 300 intelectuales y artistas de todo el mundo, incluyendo varios premios Nobel y célebres figuras de Hollywood (Meryl Streep y Alec Baldwin entre ellas), pidiendo a La Habana que libere a los cubanos encarcelados por exigir su derecho a expresarse libremente, el general Castro respondió con un mayor reclutamiento de represores para torturar, dar palizas, hacer sufrir más a los encarcelados y arrestados por razones políticas.

Sin embargo, en la ONU la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, la socialista procastrista Michelle Bachelet, mira para otro lado. Pero casi podría asegurarse que si en Brasil el gobierno de Bolsonaro encarcelase por motivos políticos a 10 personas, Bachelet lo condenaría enérgicamente.

La mafia gobernante es la responsable de esta vergüenza

En 2012 la cantidad de personas encarceladas era de 57,336 reclusos, y en 2016 entre 60,000 y 70,000de presos.  De manera que en los últimos cinco años la cifra ha aumentado en 20,000 reclusos más.

Pero esto no se debe a que de pronto, no se sabe por qué, hay más delitos en Cuba. La causa de este vergonzoso liderazgo mundial cubano en materia carcelaria es responsabilidad directa e inequívoca de la mafia gobernante.

Es responsable desde 1959 de tantos cubanos privados de libertad, pero este ascenso vertiginoso de ahora se inició en 2016 cuando se desató la crisis económica en Venezuela, “paganini” del castrismo. La escasez de alimentos, de productos de aseo, combustible y de todo, la inflación galopante causada por la Tarea de Ordenamiento, etc, elevaron la corrupción, el robo en los puertos, almacenes, fábricas, tiendas, hospitales, hoteles; y de productos agrícolas y ganado.

Y añádanse las protestas de carácter político, social y económico, la represión del MININT en las colas y contra carretilleros, cuentapropistas, transportistas y comerciantes que incumplen los precios topes, y los emprendedores exitosos que son encarcelados por “enriquecimiento ilícito”

Estos son los éxitos de la “continuidad” que reiteran Raú Castro y su asistente Díaz-Canel. Son ellos los que debieran estar tras las rejas, y en La Haya, condenados a cadena perpetua por la Corte Internacional de Justicia.