En lo que resta de 2021 y al menos durante el primer semestre de 2022 los cubanos van a sufrir más escasez de alimentos que en el presente año, que ya es mucho decir.

Esa conclusión emana del reciente informe del ministro de Economía, Alejandro Gil, ante los diputados mudos de la Asamblea Nacional. Primero trató de edulcorar la píldora con argucias oratorias, hasta que al fin soltó prenda: en el primer semestre de2021 la producción agrícola y pecuaria se desplomó espectacularmente.  Cayó en 16 de los 19 productos agropecuarios fundamentales de la dieta cubana.

Eso va convoyado por la falta de divisas para importar alimentos. Si en 2018 el país gastó $1,250 millones en la importación de alimentos, probablemente en 2021 la cifra no superó los $700-$800 millones.

Menos carne, frijoles, huevos, leche, viandas, maíz y frutas

Ello augura para los cubanos una temporada navideña y un comienzo de nuevo año tan pobres, o más, que el de los mozambiqueños o los ugandeses.

Echemos un vistazo a este desastre. La producción de carne de puerco se desplomó con respecto a 2020 en -39%.  La de frijoles cayó en -21%; la de maíz (-20%), huevos (-14%), carne de res (-9%), leche fresca (-6%), papa (-5%), cítricos (-41%), plátanos (-7%), viandas (-6%), frutas (-5%), hortalizas (-8%).

Solo se logró aumentar la producción de tomate (+10%); carne de ave (+9%, pero ínfima cantidad total); y +0.4% en arroz, pero tan poco que el país tiene que importar cientos de miles de toneladas).

También menos café y azúcar

También en lo que resta de 2021 y durante la mayor parte de 2022 los cubanos van a tomar menos café mezclado al 50% con chícharos, y mucho menos café de verdad, puro. En el primer mes de la cosecha cafetalera (empieza en septiembre y termina en enero) el monopolio estatal Cuba-Café informó que (en septiembre) en la provincia de Santiago de Cuba no se produjo “ni la décima parte” del café cosechado en igual período de 2020.

Y es esa región montañosa oriental la que más café y de mejor calidad produce en la isla. Allí, incluyendo más al norte la Sierra Cristal, desde fines del siglo XVIII se cosecha uno de los mejores cafés del mundo debido a un microclima especial que favorece la producción de un grano de extraordinaria calidad llamado “arábigo suave Bourbon”, y que durante 160 años mucha fama le dio a Cuba.

A esto súmese la debacle de la zafra azucarera. En la cosecha 2020-2021 el país produjo solo 825,000 toneladas de azúcar, 275,000 toneladas menos que 127 años atrás, en 1894.  Para cumplir su compromiso con China y cubrir el consumo interno de unas 700,00 toneladas, el régimen tendría que importar azúcar, pero ¿con qué dinero? Posiblemente reducirán la cuota de azúcar en la “libreta”, y muchos ya no podrán matar el hambre con vasos de agua con azúcar.

Compra de pollos congelados a EE.UU cayó en un 32%

Por otra parte, según el Departamento de Agricultura de EE.UU,  Cuba en septiembre redujo en un 32% la importación de pollo congelado desde ese país. Se mantuvo a la baja el volumen de dichas importaciones. Ante el desastre agrícola crónico el régimen ha venido importando del enemigo “bloqueador” más de $300 millones anuales en pollos congelados.

Y la carne de pollo es hoy casi la única fuente de proteína animal que tienen hoy los cubanos, ante la bajísima producción nacional de todo tipo de carnes. Y el poco pescado capturado se exporta, o va a los hoteles de GAESA.

Estos resultados de la sombrosamente improductiva agricultura cubana insuflan más presión al descontento popular, que bulle ya sin retorno en cada rincón de la isla.

El régimen no acaba de liberar a los agricultores privados de los absurdos obstáculos que les impone, y mantiene intacto el nefasto monopolio estatal de Acopio. Persiste estúpidamente en sus “sovjoses” (empresas estatales) con cientos de miles hectáreas que, o producen muy poco, o están sumergidas inertes en mares de marabú.

Una olla al fuego en un barrio de Santiago de Cuba. Foto: DIARIO DE CUBA

No hay capital para mejorar la agricultura, pero sí para GAESA

Y la dictadura en vez de invertir capital para mejorar la agricultura y la ganadería lo dedica a la construcción de hoteles para enriquecer más a la mafia militar.

Del segundo semestre no hay cifras oficiales, pero lo que reporta la prensa independiente ya indica que los resultados serán muy parecidos. En resumen, las familias cubanas en los próximos meses van a comer menos y con un inferior valor nutritivo. Eso empeorará la desnutrición que ya sufren ancianos, niños, las capas más pobres y los desamparados.

Y con menos oferta los precios de los productos agrícolas y pecuarios subirán más. Seguirá cayendo el valor y poder de compra del peso y aumentando el del dólar, que ya ronda los 70 pesos por cada uno. A los cubanos les alcanzarán menos sus bajísimos salarios, incluso hasta para comer poco, y mal.

Sin duda estamos ante otro “logro de la revolución”.