SUMARIO
- En octubre se produjeron 345 protestas en toda Cuba. Esto representa 33 más que el mes pasado para un 10% de incremento. Con ellas el acumulado de protestas desde septiembre de 2020 ya es de 3,063 de las cuales 584 se produjeron en el mes de julio. Estas protestas de octubre se produjeron en medio de la ola más brutal de terror desatada por el Estado desde los tiempos de la guerra civil en la década de los sesenta del siglo pasado
- El 80 % de las protestas en octubre (276) fueron en defensa de derechos políticos y civiles pese a que continúa avanzando el grave deterioro de las condiciones económicas y sociales de la vida cotidiana.
- Este mes se muestra por primera vez una gran diferenciación entre el número de protestas en defensa de derechos políticos y civiles (80%) en relación con las 69 protestas por motivos económicos, sociales y culturales (20%). En meses anteriores giraba sobre el 50% cada una, con ligeras variantes. Los analistas del OCC consideran que esta diferencia está marcada por las denuncias a las injustas condenas ejemplarizantes a manifestantes pacíficos del 11 de julio y a la movilización que ha realizado la plataforma Archipiélago para la Marcha Cívica del 15 de noviembre.
- En el mes de octubre las fuerzas represivas continuaron la implantación de un estado de terror mediante el allanamiento de hogares, golpizas “ejemplarizantes” delante de otros reclusos en las cárceles, retención policial de los periodistas independientes en sus casas, actos de repudio para insultar a los familiares de detenidos ante la puerta de sus domicilios, amenazas de retirar la custodia de los hijos a los detenidos, condenas sin debido proceso, sentencias a más de una década de prisión por haber coreado consignas antigubernamentales en público, amenazas contra la integridad física de las madres e hijos de los detenidos, actos de intimidación, detenciones arbitrarias, juicios sumarios, expulsión de centros laborales a los que se manifestaron el 11 de julio y la anulación de títulos universitarios y expulsión de instituciones académicas a los contestatarios en las redes sociales. Sin embargo, estas no son señales de fortaleza estatal, sino de incertidumbre y miedo ante la proximidad de nuevas protestas, dado el estado de ánimo de la población.
- Gran parte de las acciones de la sociedad civil en octubre estuvieron relacionadas con la preparación de las marchas pacíficas planificadas para el 15 de noviembre, dar respuesta a los intentos del gobierno por impedirlas y con las denuncias por las injustas condenas a los centenares de manifestantes pacíficos que el gobierno cubano consideró arbitrariamente “cabecillas” de la explosión social el pasado 11 de julio a fin de establecer un “escarmiento”.
- El crecimiento de las protestas en Cuba continúa en una curva ascendente, mes a mes, desde septiembre de 2020 (mes en que OCC comenzó la labor de monitoreo), a excepción de las vinculadas a la explosión nacional de julio de 2021.
MANIFESTACIONES PÚBLICAS DE PROTESTA | TOTAL | Por motivos económicos y sociales | Por motivos políticos y civiles |
2021 | |||
Octubre | 345 | 69 | 276 |
Septiembre | 312 | 141 | 171 |
Agosto | 297 | 175 | 122 |
Julio | 584 | 149 | 435 |
Junio | 249 | 133 | 116 |
Mayo | 231 | 86 | 145 |
Abril | 203 | 47 | 156 |
Marzo | 184 | 38 | 146 |
Febrero | 159 | 48 | 111 |
Enero | 137 | 58 | 79 |
2020 | |||
Diciembre | 122 | 26 | 96 |
Noviembre | 110 | 19 | 91 |
Octubre | 88 | 33 | 55 |
Septiembre | 42 | 16 | 26 |
El pueblo proclama su soberanía en calles y redes sociales
La ciudadanía continuó manifestando críticas al gobierno y su rechazo al sistema de gobernanza en calles y redes sociales. Las protestas en las redes sociales se ejercieron a cara descubierta, sin refugiarse en mensajes anónimos o con seudónimos como hace el ejército de troles al servicio del poder. Pese a que, amparado en el Decreto Ejecutivo 35, el gobierno “patrulla” el ciberespacio y procede a reprimir cualquier protesta que se manifieste en ese medio, estas se incrementaron. La sociedad civil ha rechazado en la práctica la pretensión de que “las calles son de Fidel y las redes sociales de Díaz-Canel y Raúl”.
El mes ha estado dedicado en gran medida a preparar la marcha convocada por Archipiélago para el 15 de noviembre, denunciar las acciones represivas en curso contra estas marchas, así como la represión en las cárceles contra los presos por participar en las jornadas del pasado 11 de julio.
Archipiélago surgió tres semanas después del 11J con unas aspiraciones muy claras: “Servir como plataforma para impulsar el debate y el diálogo entre cubanos para encontrar consensos”.
“Propone un espacio donde quepamos todos sin tener que pensar igual, ni someter nuestros criterios a la hegemonía de una élite o un grupo de poder”
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La plataforma Archipiélago mantiene el principio martiano “Con todos y para el bien de todos”. En su grupo de Facebook dan cabida con respeto a los comunistas. El gobierno cubano no sabe como reaccionar ante tanto civismo
Protestas en las redes sociales
El gobierno cubano ha declarado el ciberespacio como área de confrontación y represión, sometiendo las redes a rigurosa vigilancia policiaca y atacando con un ejército profesional de troles a cualquiera que ejerza el derecho a expresar su opinión. La confrontación con el Estado durante este mes de octubre –pese al Decreto Ejecutivo 35 contra las expresiones disidentes en medios digitales– floreció en las redes sociales.
Ello incluyó, entre otras muchas acciones:
- Presentación a las autoridades y a la opinión pública de las cartas dirigidas a informar –no solicitar permiso– de las marchas pacíficas ciudadanas en 10 ciudades o municipios (La Habana Vieja, Pinar de Río, Consolación del Sur, Santa Clara, Cienfuegos, Nuevitas, Las Tunas, Holguín, Camagüey y Guantánamo) y exigiendo que fuesen respetadas según establece la Constitución.
- Carta abierta a Miguel Díaz Canel, responsabilizándolo por lo ya sucedido y por lo que suceda el 15N.
- Carta abierta a las familias cubanas explicando las motivaciones pacíficas de los que preparan la marcha del 15N. La carta contiene consejos específicos sobre cómo proteger a los menores de la violencia oficial.
- Carta abierta a la opinión pública internacional explicando la situación cubana y el significado de las protestas el próximo 15N
- Campañas educativas en las redes sociales que explican por qué protestar es un derecho y por qué se hace necesario salir a protestar a las calles el 15 de noviembre.
- Creación de los hashtags #15N #15Nov #15NCuba #15NovCuba #El15NYoMarcho #15NYoMarcho, que se han mantenido durante todo el mes de octubre con un promedio superior a los 100 tweets por hora, alcanzando los 1000 tweets en algunas horas. En Facebook hay más de 22.000 posts con la etiqueta #15Nov.
- Rechazo, denuncias y respuestas a los actos violentos contra activistas y asesinatos de reputación y actos de repudio, como el de la paloma degollada en la puerta de uno de los organizadores de la plataforma Archipiélago, Yunior García.
- Denuncias en las redes de la nueva planilla NAPR (No Acorde con los Principios de la Revolución) para hacer el mapeo ideológico neofascista de la población por medio de informantes barriales del Ministerio del Interior.
- Denuncias públicas de las violaciones de los derechos humanos, torturas y abusos contra familiares infligidos a los detenidos el 11 de julio y días posteriores, así como organización de la solidaridad hacia esos detenidos y sus familiares cercanos.
- Respuestas a la campaña del gobierno con videos y fotos incitando a ejercer la violencia contra los ciudadanos, exhibicionismo de brigadas de respuesta rápida con palos y armas, entrenamientos en artes marciales.
- Llamados nacionales e internacionales a los artistas para que no participen este año en protestas, y terror estatal masivo en la XIV Bienal de La Habana.
- Llamados a la diáspora cubana a organizar manifestaciones de apoyo a la jornada del 15N en diversos países (ya están anunciadas manifestaciones en más de 50 ciudades) de las cuales una ya se produjo en Roma a la entrada de la Plaza de San Pedro.
- Llamados de la diáspora cubana al Parlamento de la Unión Europea –ya respondido favorablemente por los grupos liberales– para que exijan al Comisionado de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell, y soliciten también a las misiones diplomáticas, que designen observadores de las embajadas en La Habana sobre lo que suceda el 15N.
- Llamados de la diáspora cubanoamericana al congreso y el gobierno de EE. UU. para que expresen su solidaridad con los manifestantes no violentos. Ya la Casa Blanca, el Dpto. de Estado y miembros del Congreso se han manifestado acerca de ese tema.
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El aparato de propaganda del gobierno cubano manipula fotos del dramaturgo Yunior García, una de las voces de Archipiélago para intentar desacreditarlo. El sitio oficialista Razones de Cuba, controlado por la policía política, ha manipulado fotos de Yunior García Aguilera para crear confusión, en una de ellas lo muestra con una camiseta con la bandera de Estados Unidos. En otras se burla de él utilizando también símbolos que señalan una supuesta relación con Estados Unidos. La práctica de asesinato de la reputación es respuesta común ante cualquier ciudadano que levante una voz crítica.
Protestas fuera de las redes sociales
- Continuaron los cacerolazos en diversos puntos de la isla pese a las enormes condenas a las que fueron sentenciadas algunas personas que fueron arbitrariamente acusadas de haberlas iniciado el mes anterior. El gobierno ha demostrado su especial preocupación por que esas formas de protestas no se extiendan, y cuando se inician, reponen la energía eléctrica en breve donde están ocurriendo para que cesen, como ocurrió en el pueblo Falcón, en Villa Clara.
- En octubre se celebró la primera Jornada de Oración y Ayuno por Cuba convocada el pasado día 10 de octubre en más de 50 iglesias, templos y casas culto por representantes de las tres principales corrientes cristianas –católicos, protestantes y ortodoxos– reunidos en una nueva alianza, Cristianos Cubanos en Comunión, para dar protección y orientación cristiana a los ciudadanos respecto a la situación que vive el país.
- Se realizaron 60 campañas (Name and Shame) en espacios públicos en todas provincias del país y el municipio especial Isla de la Juventud con el reparto de volantes y mensajes por Zapya en que se identificaba a represores con sus nombres y fotos y se agregaban las acusaciones contra ellos.
- Se realizaron 21 campañas cívicas en 10 provincias bajo el título “¿Dónde está mi dinero?” con volantes denunciando la falta de medicinas y atención médica adecuada mientras que el dinero arrebatado a las brigadas médicas se destina a la construcción de hoteles: en La Habana (3), Guantánamo (1), Santiago de Cuba (4), Villa Clara (3), Holguín (1), Pinar de Río (2), Las Tunas (2), Granma (2), Ciego de Ávila (2) y Sancti Spíritus (2).
- Distintos grupos laicos y religiosos de la sociedad civil –ahora bajo la nueva plataforma Cristianos Cubanos por el Cambio, que agrupa a católicos, protestantes y ortodoxos– iniciaron jornadas pedagógicas entre sus respectivas feligresías dirigidas a educar a los ciudadanos en la aceptación del miedo a la represión como algo natural y aportándoles la lógica necesaria para vencerlo.
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Ante el colapso de hospitales y farmacias 21 acciones cívicas exigieron explicaciones a donde fue a parar el dinero robado a las brigadas médicas
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Las campañas Name & Shame no tienen el propósito de intimidar a los represores, sino disuadirlos de ejercer la violencia
Tensión entre dos tipos de miedo
La exhibición impúdica de grupos paramilitares portando armas automáticas y contundentes garrotes de madera o metal, anunciando su disposición a aplastar a quien salga a protestar el 15N, ha sido ridiculizada con una lluvia de burlas en memes, videos y carteles. Las citaciones para interrogatorios en las unidades policiales fueron bautizadas por un participante de Archipiélago como “los papelitos del miedo”.
Es de destacar el nivel de dignidad, coraje y civismo de los coordinadores y asociados a Archipiélago ante tanta agresión.
El sacerdote católico Alberto Reyes, quien educa a sus feligreses en la ética cristiana, expresó: Es una lucha entre dos miedos. Todo en la vida tiene un precio. Ser libre, tiene un precio, y ser esclavo también. Servir al poder y hacer el “trabajo sucio” tiene un precio, como lo tiene “plantarse” y no dejar a otros que te usen para agredir. Salir a golpear a tus hermanos, tiene un precio; decir “no” o, al menos, quedarte en casa, también lo tiene.
La conflictividad en Cuba en octubre
1) La marea de protestas no retrocede, pero el gobierno no aprende.
Al tratar de evitar una nueva protesta masiva el próximo 15N ha combinado el terror con concesiones populistas de último minuto, pero con ello ha agravado su pérdida de capital simbólico (credibilidad, legitimidad e influencia) ante la opinión pública.
Este mes de octubre –pese a una ola masiva de terror sin precedentes– la sociedad civil no ha podido ser silenciada ni aplastada y mantiene múltiples formas de expresión de sus protestas en diversos espacios. Esto tiene desconcertado al gobierno que suponía que su desproporcionado terror combinado con la apresurada aprobación de algunas medidas populistas pero muy insuficientes sometería de nuevo a los ciudadanos al miedo y la sumisión. El resultado ha sido el inverso. Para muchos, la moraleja que ha dejado esa actitud es que solo con protestas se logra sacar al gobierno de su desidia ante los graves problemas que afectan al pueblo.
Las acciones del gobierno cubano reflejan el miedo a una nueva situación que no comprenden ni saben cómo controlar: organizaciones plurales, sin “cabecillas”, con un alto nivel de capacidad comunicacional dentro y fuera de la isla.
Esta nueva generación de disidentes ciudadanos se opone frontalmente a que se prolongue ese estado de cosas y resulta un enigma para la policía. Se proclaman miembros de la sociedad civil; no afiliados a un partido de oposición. Se conciertan de forma flexible y horizontal; no en estructuras piramidales. Asignan tareas de coordinación temporal a personas; no eligen ni siguen a líderes permanentes. Comunican de forma oficial al Estado sus próximas acciones; pero no le piden permiso ni aceptan una negativa de su parte. Su estrategia no es derrocar al Estado por medio de la violencia; sino obstaculizar que los cuerpos represivos puedan ejercerla libremente contra los ciudadanos.
Sin entender el contexto y la naturaleza de este conflicto, acostumbrados a épocas pasadas cuando cooptaban voluntades subvencionando servicios públicos y monopolizaban el acceso a la información, acostumbrados a despreciar al pueblo y a confiar en su aparato represivo, la élite de poder está hoy desconcertada. Cada golpe que lanzan contra sus críticos se vuelve contra ellos, como sucede en el Jiu Jitsu. Las protestas siguen creciendo mes a mes, ha documentado el Observatorio Cubano de Conflictos.
2) La élite de poder sigue sin entender la naturaleza diferente de este desafío y responde con métodos, ya obsoletos, que en el siglo XX la atornillaron al poder.
El gobierno esperaba, en la medida que se aproxima la próxima jornada de protestas nacionales el 15 de noviembre, que el miedo calara hasta los huesos a cada ciudadano. Desde el 11 de julio la barbarie oficial ha retomado –salvo la reactivación de los fusilamientos ya que la pena de muerte está todavía vigente– los niveles de represión contra manifestantes pacíficos que se ejercieron en la primera mitad de la década de los sesenta contra los alzados en armas que eran parte de la guerra civil en aquel momento.
Como si fuese un ventrílocuo, el Ministerio del Interior (MININT) habla a través de políticos mediocres como el “presidente” Miguel Díaz Canel, el canciller Bruno Rodriguez o el jefe del Departamento Ideológico del PCC, Rogelio Polanco Fuentes. Esos títeres de la oligarquía militar repiten pseudo-conceptos que ni siquiera entienden del todo (“golpe blando”, “guerra de cuarta generación”, “subversión de colores”) para impresionar al público haciendo ver que enfrentan a un enemigo externo todopoderoso capaz de “confundir” con su sofisticada tecnología a una población que vive feliz bajo el socialismo cubano. Según esa leyenda infantil, resulta ser que ahora –por vez primera– el enemigo es interno: ya no son “grupúsculos aislados”, lo representa esa inmensa masa “confundida” de ciudadanos que, los que tienen el poder, van a poder enfrentar porque –según Díaz Canel– aún hay “suficientes revolucionarios” de su lado. La realidad es muy diferente.
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La nueva sociedad civil cubana es una creativa amalgama de abogados, religiosos, economistas, informáticos, cineastas, dramaturgos, escritores y artistas. Una vanguardia cultural que da voz e incentiva las esperanzas de una creciente masa de ciudadanos empobrecidos e inconformes. En Cuba el Grito de los Excluidos se escucha hoy a través de la plataforma Archipiélago. (Foto: fragmento de obra del artista cubano Yunier P.)
En el siglo XXI los mismos octogenarios que a sangre y fuego aplastaron desde 1959 todas las rebeliones anteriores, ahora enfrentan a una generación postrevolucionaria que se relaciona de forma natural con las nuevas tecnologías digitales y desde las redes aporta nuevas percepciones y significados al imaginario social. Son una creativa amalgama de abogados, religiosos, economistas, informáticos, cineastas, dramaturgos, escritores y artistas. Una vanguardia cultural que da voz e incentiva las esperanzas de una creciente masa de ciudadanos empobrecidos e inconformes. En Cuba el Grito de los Excluidos se escucha hoy a través de la plataforma Archipiélago.
Esta vocación por dar respuestas inadecuadas a los problemas nacionales proviene de la mentalidad militar con que analizan el desafío que ahora enfrentan. La oligarquía militar sigue sin comprender la crisis de gobernanza en que se encuentra desde noviembre del pasado año. Como han documentado los informes mensuales del OCC desde septiembre de 2020, a más represión más protestas. Los poetas, artistas y reformistas que iniciaron este proceso se han radicalizado bajo la represión. La sociedad civil también. Ellos sí aprendieron.
3) El pretendido “golpe blando” contra el “socialismo que refrenda la Constitución” ya ocurrió. Lo ejecutó la nueva oligarquía militar.
El famoso “golpe blando” ha sido ejecutado por la nueva clase dominante que de un plumazo, con la “Tarea Ordenamiento” y el colapso del sistema de salud por falta de recursos, ha dado la espalda a derechos económicos y sociales básicos de la población. A esa oligarquía militar vinculada al grupo militar-empresarial GAESA es a la que habría que aplicar el derecho a rebelión armada al que se refiere el Artículo 4 de la Carta Magna. En Cuba no manda el Partido Comunista según establece como definición de socialismo (totalitario) el Artículo 5 de la Constitución. Manda la exigua oligarquía militar que controla GAESA, el MININT y las FAR.
La transición de un sistema socialista a un régimen de gobernanza mafioso, promovida por la nueva oligarquía militar, ha dado la espalda al pacto social comunista de canjear derechos civiles y políticos por servicios públicos, canasta familiar a precios accesibles y empleo asegurado. La economía política de esta nueva sociedad se distingue por una creciente polarización: acumulación de riquezas en favor de una exigua minoría y la ausencia de oportunidades para prosperar que padece una mayoría aplastante de la población.
De un lado se sitúan aquellos cuyos sueños y necesidades básicas son negados por el nuevo sistema y están sometidos a un proceso de creciente empobrecimiento: asalariados, pensionistas, cuentapropistas y campesinos. Del otro, una élite oligárquica que siendo menos del 0.01% de la población monopoliza a través del oligopolio de GAESA –que ninguna institución puede auditar– los sectores económicos rentables, al tiempo que controla el aparato de violencia estatal (FAR / MININT) por medio de la cooptación de sus más altos mandos.
La población cubana está harta del monopolio de poder y privilegios de esa casta opresora, de la creciente miseria de sus familias, de la represión contra el que piense o se exprese diferente a la línea oficial. El ciudadano no ve un mejor futuro con esos oligarcas, ni con el régimen de gobernanza que mantienen a fuerza de reprimir a los ciudadanos, sus iniciativas y anhelos de prosperidad. Ha llegado el divorcio definitivo entre el poder y la sociedad civil y esta vez no será fácil a la clase dominante impedirlo con su habitual “violencia doméstica”: desde el 11 de julio, el mundo entero está mirando.
4) El gobierno cubano ha perdido la capacidad de “modelar las mentes” de los cubanos.
Según el sociólogo Manuel Castells “las relaciones de poder se basan en gran medida en la capacidad para modelar las mentes”, el gobierno cubano ha perdido la efectividad en el control del pensamiento del ciudadano cubano.
Romper huesos, imponer sanciones de casi treinta años a personas que no han cometido un crimen, ni ejercido violencia, amenazar a sus hijos, madres y cónyuges, no ha fortalecido al poder: lo ha debilitado. Mostrar videos de brigadas paramilitares que anuncian estar listas para atacar de modo sangriento e impune a cualquier ser humano pacífico –sea mujer, hombre, anciano o menor de edad– ha destruido toda credibilidad gubernamental cuando aún faltan dos semanas para la jornada del 15N.
La oligarquía militar no entendió que la Marcha Cívica del 15 de noviembre no es una cita para la “batalla final” contra el “enemigo”, sino la invitación que le tendió Archipiélago –cumpliendo la tramitación legal– para que se desnudara como dictadura totalitaria a los ojos del pueblo y la opinión pública mundial. Archipiélago ya ha presentado reclamaciones legales al gobierno por su decisión de vetar la marcha ciudadana, tal disposición es ilegal según la Constitución cubana. El gobierno cubano llega al 15 de noviembre más desprestigiado, débil y aislado de lo que ya estaba el 11 de julio. Pase lo que sea ese día, ya perdió de nuevo a lo largo del camino.
La sociedad cubana ya no es analógica, sino digital, y el monopolio informativo no se sostiene en esas circunstancias. La obscenidad de la violencia estatal –puesta al desnudo por ellos mismos– les está pasando factura nacional e internacionalmente. El capital simbólico de ese régimen ha tocado fondo cuando aún no hemos llegado al 15N.
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Ante las amenazas de reprimir con garrotes a los que salgan a la marcha cívica del 15 de noviembre, la sociedad civil cubana ha respondido haciendo un llamado ante la responsabilidad individual de los que repriman una protesta pacífica y con la distribución de una lluvia de memes. El gobierno cubano ha perdido la capacidad de comunicación con el ciudadano común. Ha perdido la capacidad de “manipular mentes”.
Sin capital simbólico (credibilidad, prestigio y capacidad de influencia) de poco vale el poder que se limita al monopolio sobre el aparato de violencia. Como advirtió Talleyrand a Napoleón: usted puede hacer lo que desee con las bayonetas salvo sentarse sobre ellas.
El monopolio estatal sobre los medios de comunicación que facilitaba la producción de mensajes y significados a los opresores ha quedado más inutilizado que si una fuerza aérea hubiera destrozado con bombas su infraestructura en un conflicto bélico. ¿Quién cree a estas alturas a los medios de comunicación sometidos al monopolio del Partido? El periodismo ciudadano independiente y los activistas tienen hoy primacía en construir mensajes y asignar significados.
En ese contexto el gobierno ha lanzado una serie de operaciones de guerra psicológica contra la población que mezcla elementos para infundir terror con una ofensiva de medidas populistas insuficientes y tardías para crear la expectativa de que las cosas están a punto de mejorar y no vale la pena correr riesgos participando en nuevas protestas. Pero esa estrategia ya no surte el efecto deseado, porque Archipiélago ha desplazado a los medios de comunicación oficiales en credibilidad y logra desde las redes desenmascarar esa campaña e incluso invertirla contra sus promotores cuando explica que ninguna reforma, por incompleta que sea, se habría logrado si no hubiese sido por las protestas del 11 de julio.
5) La situación en Cuba debe ser seguida de cerca antes, durante y después del 15N por la comunidad internacional y los representantes de las iglesias nacionales.
La tozudez gubernamental y su declarada vocación de emplear la violencia contra ciudadanos pacíficos proyectan señales semejantes a las que preceden a la comisión de crímenes de lesa humanidad y genocidios.
Existe una larga historia del uso de “medidas activas” por parte del MININT para generar violencia y atribuirla a grupos de oposición. Todo indica que no van a renunciar a hacerlo de nuevo.
Informarse permanentemente de la situación del país en que están acreditados para comunicarlo a sus capitales respectivas es una misión fundamental de las misiones diplomáticas que está explícitamente reconocida en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 18 de abril de 1961. Dice el Artículo 3: “Enterarse por todos los medios lícitos de las condiciones y de la evolución de los acontecimientos en el Estado receptor e informar sobre ello al gobierno del Estado acreditante”. No es un favor a la sociedad civil cubana, es un deber de las misiones diplomáticas hacerlo.
Saberse observado por actores internacionales podría, prevenir en alguna medida algunas de las tendencias más represivas de la élite de poder cubana.
Las principales autoridades de las diferentes iglesias, por su parte, deberían seguir institucionalmente el ejemplo personal de los valientes sacerdotes y pastores que ya están cumpliendo –a riesgo de sus vidas– el deber de acompañar a los ciudadanos, protegiéndolos de la furia estatal y evitando que sean blanco de provocaciones. Como dice la Biblia: (Ezequiel 34) El Señor me dirigió la palabra: «Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “¡Ay de ustedes, pastores de Israel, que solo se cuidan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben cuidar al rebaño?».
CONCLUSIONES
- En contra de las expectativas del gobierno, en el mes de octubre las protestas continuaron creciendo y radicalizándose. Ahora están en su mayoría vinculadas a demandas de derechos políticos y civiles.
- Tan o más importante que lo que ocurra el 15N ha sido el proceso previo, experimentado desde el 11J, de debilitamiento del poder totalitario y el fortalecimiento del poder ciudadano. Hay que valorar dicho proceso como una fase importante de este conflicto entre la sociedad civil y el estado totalitario que desde hace un año –y por primera vez en seis décadas– viene ganando la ciudadanía. En relación al 15N pudiera decirse que “el gobierno ya perdió” por las consecuencias negativas que le produjo la aplicación de una estrategia militar de contrainsurgencia ante la convocatoria.
- El gobierno cubano sigue sin aprender que la represión a lo largo de los últimos 13 meses solo ha servido para multiplicar las protestas, que siguen en ascenso, y radicalizar a los ciudadanos. La élite mafiosa ejerce cada vez más represión violenta, pero controla cada vez menos la evolución de los acontecimientos.
- Si la intolerancia al cambio mostrada por el Estado en los últimos trece meses permanece constante, puede pronosticarse que, de un modo u otro, las protestas se mantendrán y muy probablemente seguirán creciendo. Uno de los miembros de Archipiélago vaticinó en una carta a Díaz Canel: “El pueblo ya sabe que contra la desidia (gubernamental) sólo cabe la protesta; el 15N no será la última que encontrarán en su camino”.
- Si en su terquedad la casta opresora cierra todo espacio para el cambio no violento es posible que algún sector ciudadano llegue a recurrir también a ese destructivo camino. Lamentablemente, eso es siempre una posibilidad que no por comprensible y legítima aportaría más certidumbre a la victoria de la sociedad civil. Lo mejor para el país que nadie abra esa Caja de Pandora, pero es difícil pronosticar la evolución de ese tema cuando los que controlan el Estado insisten en una estrategia inmovilista y violenta.
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“Cuba es una bomba de tiempo”, de Yunier P. Trabajo ganador del Concurso de Arte Urbano 11J. Si el gobierno insiste en la represión y la implantación del estado de terror solo empeorará la crisis de gobernanza.
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METODOLOGÍA DEL OCC
Los informes del Observatorio Cubano de Conflictos consideran como “protestas” a todas aquellas acciones que expresan de forma pública, sea de manera individual o colectiva, el rechazo ciudadano a disposiciones oficiales, instituciones o autoridades.
En cuanto a las causas o razones de la manifestación pública de protesta, estas pueden obedecer a temas políticos y de derechos ciudadanos o vincularse de forma directa a demandas populares en cuestiones sociales, económicas y culturales como son los problemas de vivienda, agua, alimentación, transporte y censura artística o intelectual que las personas dirigen contra las instituciones y las políticas estatales o paraestatales.
Dichas manifestaciones pueden tomar múltiples formas tal y como han sido recogidos en la amplia bibliografía de los científicos sociales y los propios activistas que han estudiado estos temas durante décadas. Ellas incluyen protestas callejeras, pintadas de muros, colgar carteles, corear consignas, negarse en público a cumplir órdenes policiales o administrativas, realizar una marcha, procesión, sentada, rezo o misa pública no autorizada, distribuir volantes, repartir publicaciones impresas o digitales prohibidas, distribuir memes y chistes satíricos de las políticas gubernamentales y muchos otros más en los que los ciudadanos manifiestan de manera pública sus agravios.
El OCC no contabiliza las protestas realizadas exclusivamente por ciudadanos cubanos en el exterior –aunque considera que el pueblo cubano constituye hoy una entidad transnacional- porque alteraría nuestra capacidad de medir con rigurosidad la gobernabilidad interna de Cuba, que es nuestro principal propósito.
El Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) recopila información de fuentes abiertas y privadas, cuenta con su propia red de casi dos centenares de observadores repartidos por todas las provincias dentro de Cuba y sólo reconoce aquellas informaciones que se originen en fuentes reconocidamente confiables o que puedan ser verificables por nuestro equipo. Por ese motivo es posible que en alguna ocasión el número total de manifestaciones públicas de protesta que hayan tenido lugar sea en realidad ligeramente superior -nunca inferior- a la cifra que reportamos basados en nuestra metodología, fuentes y verificaciones. Pero esa rigurosidad nos permite asegurar que cada una de nuestras informaciones resulta confiable.
El OCC agradece la importante valoración de esta metodología que, a nuestra solicitud, fuera realizada a fines de 2021 por un grupo internacional de expertos, cientistas sociales y activistas de diferentes nacionalidades en América Latina y Europa.
Conflictómetro Cuba by Juan Antonio Blanco is licensed under CC BY-NC-ND 4.0